Aprender a estudiar: 5 estrategias para organizar el estudio

Aprender a estudiar: 5 estrategias para organizar el estudio

En la escuela, ¿te siguen repitiendo los profesores que te falta un método de estudio y que podrías hacer mucho más? Cada vez que te preparas para un examen, ¿estás insatisfecho con el resultado que obtienes? Aprender a adoptar un método de estudio eficaz trae consigo toda una serie de ventajas, pero adquirir una metodología requiere motivación y compromiso. Propongo a continuación algunos consejos prácticos, destinados precisamente a adquirir una estrategia para aprender a estudiar.

Aprender a estudiar: objetivos e inversión

1) Metas y estrategias : para tener un método, una estrategia, es necesario, antes que nada, tener en mente la meta que se quiere lograr. No tener una meta, de hecho, no le permite concentrarse en el camino necesario a seguir. Consejo: hazte la siguiente pregunta: “¿Para qué estoy estudiando?”. Responde con precisión, imaginando en detalle el escenario que te esperará cuando hayas logrado tu objetivo. En el momento exacto en que te hayas enfocado en tu objetivo, será más espontáneo identificar las estrategias adecuadas para lograr este objetivo.

2) Invertir para obtener y dar sentido a las cosas : muchas veces al estudiar se tiene la sensación de “perder un tiempo precioso” o no se ve la utilidad de tanto esfuerzo. Un viejo dicho dice: «perder una batalla para ganar la guerra». Consejo: empieza a pensar que el tiempo que estás invirtiendo en el estudio será el que luego te llevará al resultado final y que si lo haces bien evitarás tener que volver a hacerlo en un momento posterior y con el doble de esfuerzo;

Además, esto último se siente en mayor medida, cuando somos incapaces de encontrar sentido a lo que leemos o estudiamos. Recuerda: los tan en sí mismos no tienen significado, pero nosotros les damos un significado. Cuando algo parece no tener un «sentido aparente», trata de darle uno tú mismo, por ejemplo: aprende bien la lección para «impresionar» a una persona.

Aprender a estudiar: motivación y planificación

3) Motivación : adquirir un método efectivo no es algo que se obtiene inmediatamente; se requiere compromiso y, sobre todo, motivación. La motivación es lo que nos impulsa a alcanzar una meta Si estamos fuertemente motivados para cambiar y mejorar, será más fácil comprometernos y vivir con más serenidad el esfuerzo que implica estudiar. Consejo: si no estás satisfecho con cómo te encuentras en este momento, trata de utilizar este estado de insatisfacción como un aliciente para cambiar y pensar, cada día, en todos los aspectos positivos que obtendrás al alcanzar tu objetivo.

4) Organizar y planificar : una vez afianzada la motivación y tras haber establecido los objetivos a alcanzar, es importante pasar a la acción. ¿Cómo? Organizando el estudio con un método preciso. La planificación y la organización, de hecho, nos ayudan a ordenar el estudio y hacerlo más fácil. Consejo: antes de empezar a estudiar, estructura concretamente tres puntos imprescindibles: qué hacer , cuándo hacerlo y cómo.

5) ¡Atención y concentración! Cuando decides iniciar una sesión de estudio, es importante estar concentrado y centrado en lo que vas a aprender, es decir, es fundamental dedicar nuestra atención exclusivamente a los libros.

Consejo

  • Inicia una sesión de estudio solo si estás en unas condiciones físicas adecuadas al esfuerzo que vas a realizar: evita los ayunos y los alimentos excesivamente procesados ​​y descansa lo suficiente.
  • Intenta concentrarte, visualizando la meta que pretendes alcanzar y nuevamente, cada vez que estés a punto de estudiar, trata de comportarte como se comportaría un estudiante «modelo». Comportarte «como si» fueras un estudiante eficaz, entrando en la «parte», te ayudará a llevar la ropa adecuada y a cargarte de la motivación adecuada para aprovechar al máximo tus sesiones de estudio.
  • Haz una cosa a la vez y elimina todas las fuentes de distracción:  útil, por ejemplo, podría ser el uso de una caja de distracciones, en la que depositar todos los objetos que desvían nuestra atención: teléfonos móviles, computadoras portátiles, reproductores de mp3, etc. .. que se puede recuperar al final de la sesión de estudio prevista.
  • Conócete a ti mismo, es decir, ¿cuánto tiempo eres capaz de dedicar a una sesión de estudio antes de tomarte un descanso? De hecho, siempre hay que hacer pausas, no es casualidad que siempre sea recomendable alternar los momentos de estudio con breves pausas “regeneradoras”; y de nuevo, ¿a qué hora del día puedes rendir bien? Sin perjuicio de que, en la mayoría de los casos, es desaconsejable estudiar de noche, identificar el momento del día en el que estás al máximo de tus energías y concentración, para estudiar los temas más exigentes, o bien, adentrarte en las tareas más sencillas y fáciles. a realizar, en las franjas horarias en las que ya sabes que no estás en tu pico de energía.

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