¿Cómo puedes lidiar con el estrés?

¿Cómo puedes lidiar con el estrés?

Cada uno de nosotros ha sentido estrés, experimentado emociones negativas y la sensación de un nudo en el estómago, tensión o ansiedad. El estrés se ve a menudo como algo externo a nosotros: «La situación X me está estresando» y muchas veces no nos damos cuenta de que el estrés es en realidad algo muy personal y subjetivo.

Cada uno de nosotros ha sentido estrés, experimentado emociones negativas y la sensación de un nudo en el estómago, tensión o ansiedad. El estrés se ve a menudo como algo externo a nosotros: «La situación X me está estresando» y muchas veces no nos damos cuenta de que el estrés es en realidad algo muy personal y subjetivo.

El estrés implica malestar, emociones negativas, pero también cambios en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Estos cambios aparecen para ayudarnos a afrontar situaciones a las que necesitamos adaptarnos, pueden ser situaciones difíciles, dolorosas o importantes para nosotros.

¿Queremos deshacernos del estrés o no?

Depende del tipo de estrés. Una vez escuché la comparación entre el estrés y las cuerdas de un violín. Si se estiran poco suenan mal, si se estiran demasiado se pueden romper, hay que estirarlos hasta cierto punto para que el violín suene bien. Es exactamente lo mismo con el estrés, si hay muy poco somos apáticos, desmotivados, ineficaces, si hay demasiado estamos agitados, desorganizados e irritables. Si el estrés está en un nivel óptimo y si evaluamos el estrés como un estado que nos ayuda a funcionar de manera efectiva, puede estimularnos a reunir los recursos necesarios para enfrentar con éxito los desafíos.

Por eso, cuando se trata de estrés agudo relacionado con situaciones que inevitablemente aparecen en nuestra vida, es más efectivo aceptarlo y verlo como algo beneficioso que nos puede motivar. Si hablamos de estrés crónico, es importante eliminarlo. Y la dificultad es que precisamente este tipo de estrés es más difícil de combatir, porque muchas veces las personas ya no lo notan, se entregan a la situación y sienten sólo sus efectos físicos y emocionales. Hay aquellas personas que tienen problemas de salud, acuden al médico tratando de identificar las causas sin darse cuenta de que su día a día está lleno de factores que en realidad les acortan la vida.

¿Cómo puedes lidiar con el estrés?

¿Cómo puedes lidiar con el estrés?

Lo primero es no ver el estrés agudo como un problema, sino como un recurso. Si vemos la activación que el cuerpo nos da automáticamente en una situación estresante como algo peligroso, solo estamos amplificando nuestro estado de estrés y disminuyendo nuestro rendimiento.

Por ejemplo, si tiene que presentar algo frente a una audiencia, el estrés que siente puede ayudarlo o dificultarlo. Si piensa que algo es dañino, que no podrá hablar más, si siente que le sudan las manos o le tiembla la voz, probablemente tendrá grandes dificultades para dar esa presentación. vea la reacción de activación causada por el estrés como algo beneficioso que puede ayudarlo a concentrarse en todo lo que tiene que decir, motivarlo a presentar el tema lo mejor posible y definitivamente tendrá un mejor desempeño. 

Respecto al estrés crónico podemos tomar las siguientes medidas:

  1. Trate de identificar las causas: ¿Qué contribuye exactamente al estado de estrés: problemas de comunicación, problemas en el trabajo, ciertas cuestiones no resueltas?
  2. Identificar los efectos: Los efectos del estrés pueden ser a nivel fisiológico: palpitaciones, pérdida de apetito, fatiga; a nivel del pensamiento – dificultades o bloqueos de concentración; a nivel emocional: irritabilidad, tristeza, dificultades para ser feliz; ya nivel conductual: aislamiento, consumo de alcohol, tabaquismo excesivo o disminución del rendimiento en el trabajo.
  3. Desarrolla tus habilidades de afrontamiento: ¿Qué quiere decir esto? Dependiendo de las causas del estrés tenemos que ver qué tenemos que hacer para afrontarlas mejor. A veces necesitamos comunicarnos asertivamente, pedir ciertas cosas, decir lo que pensamos o simplemente decir lo que sentimos. En determinadas situaciones depende de nosotros solucionar el problema que nos estresa, buscar soluciones y ponerlas en práctica. Si uno de los estresores son los conflictos en la familia o en el trabajo aprendes a solucionarlos, no ayuda a nadie a mantener un estado de tensión.
  4. Desarrollar relaciones: por un lado, es importante tener personas a nuestro alrededor que puedan ayudarnos, por otro lado, socializar y comunicarse con los que nos rodean son factores protectores contra el estrés.
  5. Establecer un estilo de vida saludable: Estas son cosas relativamente simples de hacer, pero muchas personas ignoran el efecto nocivo que tiene el estrés crónico en nuestro cuerpo. Cambie su estilo de vida: coma sano, duerma lo suficiente, haga ejercicio, desarrolle un pasatiempo. Es importante hacer estas cosas para prevenir enfermedades relacionadas con el estrés. Trate de hacer algo por su salud todos los días.
  6. Involúcrate en actividades que contribuyan a tu desarrollo: Es importante tener confianza en nosotros mismos, creer que podemos lidiar con los factores estresantes, tener metas personales y planes para alcanzarlas.
  7. Ayuda a otros: Un estudio reciente demuestra que ayudar a los que te rodean es un factor protector contra los efectos nocivos del estrés. Así, si el estrés es un problema presente en tu vida, trata de ayudar a los que te rodean y eso reducirá los efectos negativos del estrés en tu salud.
  8. Prepárate para el estrés: Cuando sepa que se acerca un momento más difícil, intente eliminar otros factores estresantes de su vida o asegúrese de tener los recursos para enfrentarlo.
  9. Relajarse: Aprende una técnica de relajación, esto puede ayudarte a combatir los efectos negativos del estrés en tu salud. 
  10. Pedir ayuda: A veces los cambios que necesitamos hacer en nuestra vida son muy difíciles de lograr y necesitamos pedir apoyo de especialistas. Si sientes que no eres capaz de afrontar la situación por ti mismo, que te agobia el estrés que te rodea, pide la ayuda de un psicólogo, que podrá ayudarte a implementar estrategias personalizadas para el control del estrés.

Las 15 cosas que nos provocan más estrés, por qué y cómo reducirlo

No.Causa de estrésPor qué provoca estrésCómo reducirlo
1Sobrecarga de trabajoDemasiadas responsabilidades y plazos ajustadosPriorizar tareas, establecer límites, delegar y buscar ayuda
2Problemas financierosPreocupaciones sobre el dinero y la estabilidad económicaCrear un presupuesto, buscar asesoramiento financiero
3Conflictos interpersonalesTensiones y desacuerdos con familiares, amigos o colegasComunicación abierta, empatía, buscar soluciones
4Cambios y transicionesAdaptarse a nuevas situaciones y ajustarse a los cambiosPracticar la aceptación, establecer rutinas, buscar apoyo
5Salud física y enfermedadesPreocupaciones sobre enfermedades y dolenciasMantener hábitos saludables, buscar atención médica
6Sobrecarga de informaciónExceso de noticias y datos que absorberLimitar la exposición a noticias, desconectar regularmente
7Desequilibrio entre trabajo y vida personalFalta de tiempo para el descanso y las actividades recreativasEstablecer límites, reservar tiempo para el autocuidado
8Expectativas altasPresión por cumplir con estándares o expectativas elevadasEstablecer expectativas realistas, celebrar los logros
9Problemas familiaresConflictos o preocupaciones relacionados con la familiaComunicación abierta, terapia familiar si es necesario
10Incertidumbre y falta de controlSentimientos de falta de seguridad y control sobre el futuroEnfocarse en lo que se puede controlar, practicar la aceptación
11Exceso de responsabilidadesSentirse abrumado por múltiples roles y tareasDelegar, decir «no» cuando sea necesario, buscar apoyo
12Presiones socialesSentirse juzgado o evaluado por los demásCultivar la confianza en uno mismo, rodearse de apoyo positivo
13Desafíos académicos o laboralesEstrés relacionado con exámenes, proyectos o competenciaOrganizar el tiempo, establecer metas realistas, pedir ayuda
14Cambios en el entornoMudanzas, cambios en el trabajo o en la vida personalEnfocarse en la adaptación, buscar apoyo emocional
15Tecnología y conectividadSentirse constantemente conectado y dependiente de la tecnologíaEstablecer límites de tiempo para el uso de dispositivos

Estrés: ¿por qué hay que aprender a gestionarlo?

La conexión entre tus palabras y la enfermedad.

Muchas personas no hacen la conexión entre la forma en que piensan y los afectos que tienen.

Expresiones que te enferman:

  •  «El cuchillo llegó a mi hueso»
  • «No puedo tragarlo más»
  • «Este problema me está matando».
  • «Rompiste mi corazón»
  • «Me golpeé la cabeza con…»
  • «Ya no quiero verte»
  • «Ya no quiero escucharte»
  • ,,No puedo vivir sin ti»

Estas expresiones, dichas muchas veces y con fuerte emoción, hacen que el cerebro cumpla. Es una «protección» inconsciente frente a algunas situaciones que en realidad no ponen en peligro nuestra vida. Las situaciones de lesionarse, ser abandonado por la pareja o tener problemas en el trabajo no ponen en peligro nuestra vida. Sin embargo, el cerebro reacciona ante ellos como si fueran peligros reales.

No me amo = me enfermo

Berie Siegel dice en su libro “Amor, medicina y milagros”: “el problema fundamental al que se enfrentan la mayoría de los pacientes es la incapacidad de amarse a sí mismos, determinada por el hecho de que no fueron amados por los demás en un período crucial de la vida.

En la mayoría de los casos, se trata de la infancia, cuando las relaciones con los padres dan forma a nuestras formas de reaccionar ante el estrés. Como adultos, repetimos estas reacciones y nos volvemos vulnerables a las enfermedades, y nuestra personalidad a menudo determina la naturaleza de las enfermedades que contraemos… La capacidad de amarte a ti mismo, junto con amar la vida, aceptando sin reservas el hecho de que no durará para siempre, te da la oportunidad de mejorar la calidad de vida».

Se describen casos de personas que no se amaban y que desarrollaron enfermedades graves, algunas consideradas incurables. Existe una conexión entre las situaciones de vida de los pacientes y las emociones no expresadas y las enfermedades que les fueron diagnosticadas.

Todo lo que es demasiado en la vida de un hombre -comida, alcohol, trabajo, diversión- habla de un profundo sufrimiento, de unas emociones intensas, demasiado poco expresadas o reprimidas que acaban desembocando en enfermedades crónicas o incurables.

Todos los seres vivos experimentan estrés. El estrés es una tensión a la que están sometidos por los estímulos que actúan sobre ellos. En el caso de las personas, el estrés suele actuar incluso después de que el estímulo estresante ya no esté activo.

Las personas siguen viéndose afectadas por el estrés, porque llegan a tener creencias limitantes sobre sí mismos, sobre los demás e incluso sobre la vida en general. La forma en que nos relacionamos con el estrés hace que todos los procesos bioquímicos que ocurren en el cuerpo humano se detengan cuando el estresor ha desaparecido o estos procesos continúan incluso en ausencia del estresor.

La química del estrés

Todas las células, tejidos, órganos y sistemas del cuerpo están controlados por la compleja interacción que se produce entre las sustancias químicas que circulan por el organismo y las hormonas segregadas por las glándulas endocrinas. Este compuesto está controlado por la glándula pituitaria, y la secreción de hormonas pituitarias está controlada tanto por sustancias químicas como por impulsos nerviosos del hipotálamo. El hipotálamo es el encargado de regular los procesos de adaptación del organismo. Regula los latidos del corazón, la respiración, la presión arterial, la temperatura corporal, etc.

Nuestra mente no diferencia lo imaginario de la realidad

Nuestra mente no diferencia entre lo que imaginamos y lo que es real. Si una persona imagina que está en peligro, el cerebro prepara el cuerpo para enfrentar el peligro.

El sistema de alarma de «lucha o huida» se activará incluso si el peligro no es real. La respiración se acelera, la sangre irá principalmente a los músculos de las piernas y las manos.

El sistema digestivo ralentiza sus funciones porque no recibe suficiente oxígeno. El cerebro también se ve afectado porque la sangre que transporta oxígeno se envía a las extremidades. En situaciones de peligro, no es importante pensar demasiado ni asimilar los nutrientes . Solo es necesario salir de la situación que pone en peligro nuestra vida.

Si en la infancia nos enfrentamos a muchas situaciones inciertas,  podemos llegar a la conclusión de que la vida está llena de peligros. Viviremos  permanentemente con una ansiedad que activa este sistema de alarma general y las hormonas del estrés. Estas hormonas desequilibrarán el sistema inmunológico. Las enfermedades psicosomáticas se deben a la exposición prolongada al estrés.

¿Cómo crees que es el mejor tratamiento para los nervios y el estrés?

Identificar las creencias limitantes y cambiarlas definitivamente conducirá a experimentar emociones menos intensas que se pueden manejar con mayor facilidad.

Así es como tienes que pensar para dejar de enfermarte por el estrés

  • «los problemas no desaparecen, pero hay soluciones»,
  • «Puedo aprender y mejorarme a mí mismo»
  • “También hay personas minadas que esperan ser descubiertas”.
  • «La vida es un reto»

Si durante años pensé que no merecía ser amado, que la gente es mala y la vida es injusta, la forma en que me comporto conmigo mismo y con los demás (tengo miedo y desconfío), no será así. cambiar de la noche a la mañana. ¡Se necesita tiempo, perseverancia y nuevas creencias para sanar!

Conclusión

En conclusión, aunque lidiar con el estrés puede parecer abrumador, existen numerosas estrategias efectivas que puedes implementar para enfrentarlo de manera saludable. El primer paso es reconocer y aceptar que el estrés es una parte natural de la vida y que todos experimentamos en algún momento. Al adoptar una mentalidad positiva y considerar el estrés como un desafío superable en lugar de una amenaza incontrolable, puedes cambiar tu perspectiva y enfoque hacia él.

La práctica regular de técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, la meditación y el ejercicio físico, puede ser de gran ayuda para reducir los niveles de estrés. Estas actividades te permiten relajarte, despejar la mente y fortalecer tu bienestar emocional. Además, asegurarte de mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, un sueño adecuado y suficiente descanso, también contribuirá a tu capacidad de hacer frente al estrés de manera más efectiva.

Otro aspecto importante es establecer límites claros y aprender a decir «no» cuando sea necesario. A menudo, el estrés se intensifica cuando nos comprometemos en exceso y nos dedicamos a demasiadas tareas. Priorizar tus responsabilidades y aprender a delegar o buscar apoyo cuando sea necesario te ayudará a mantener un equilibrio saludable en tu vida.

Además, no subestimes el poder de la conexión social. Mantener relaciones positivas y de apoyo con amigos, familiares o colegas puede brindarte una red de apoyo durante momentos estresantes. Compartir tus preocupaciones con alguien de confianza o buscar el apoyo de un profesional, como un psicólogo, también puede ser beneficioso para obtener una perspectiva objetiva y estrategias adicionales de afrontamiento.

Recuerda, el estrés no tiene por qué dominar tu vida. Al adoptar una actitud positiva, practicar técnicas de manejo del estrés y cuidar tu bienestar emocional y físico, puedes enfrentar los desafíos con resiliencia y superarlos. Aprovecha las oportunidades para crecer, aprender y desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas. ¡Tú tienes el poder de manejar el estrés y vivir una vida plena y equilibrada!

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