
¡Madres bajo estrés! Cómo sobrevivir
Cada vez son más las madres que se quejan de las dificultades de criar a una hija.
Parece que tener novia en casa se ha convertido en una emergencia social , conflictos repetidos y actos de amor grotescos e incomprendidos. Las mujeres jóvenes oscilan entre el rechazo y el uso paranoico de su feminidad y las madres no conocen el camino. Las madres de hoy se encuentran ante hijas que, para suplir la familia mononuclear, han creado una gran familia social , por primera vez, una familia elegida y no recibida. Los valores de estas nuevas chicas son el compartir, la conexión y la novedad .
Ya estamos lejos de las canastillas de vestidos rosas , muñecas y dormitorios color fresa y juguetes de ama de casa en ciernes, que preparan a las niñas para su futuro de esposas con una educación prudente y conformista.
Las madres de las adolescentes de hoy están preocupadas por el consumismo de sus hijas, por el tomar y tirar, no sólo cosas sino también relaciones.
Las chicas de hoy parecen vivir más en Marte que en Venus, son jóvenes leonas, cuyos sábados duran hasta el domingo por la mañana, que beben alcohol y fuman. Tienen sexo real y virtual . Son guapas ya la moda, cuidan su reputación online, siguen series de televisión y persiguen los imperativos de la perfección.
Están informados y son astutos, saben cuándo seguir el juego, tienen necesidades inducidas.
Pero también está todo lo contrario, hay chicas con miedo al mundo , que no quieren ser cuerpos sino cabezas, son estudiosas, no comen ni duermen, no tienen referentes intergeneracionales femeninos (hay ya no son hermanas y primas mayores) y sobre todo se ven feas.
¡Ser madre parece entonces imposible!
Reglas útiles para la gestión de relaciones
Me gustaría ofrecer algunas reflexiones para intentar gestionar mejor la relación con las hijas.
Recordemos que los jóvenes adolescentes necesitan ser escuchados, considerados y aceptados.
Es importante que el adulto no establezca un diálogo con el niño en el que éste “haga de experto”. La madre que impone sus pensamientos , prohíbe y exhorta con monólogos, aleja a su hija . Revela su egocentrismo, su ser el centro de los pensamientos, su «tener la verdad» en el bolsillo, dejando de lado la verdad de su hija. Este comportamiento alimenta una esterilidad dialógica que debe evitarse.
Es recomendable que la madre dé un paso atrás y considere a su hija una «experta en su propia experiencia» . Nuestra adolescente puede contar lo que le pasa, puede proponer sus creencias, sean correctas o incorrectas, a una madre que sabe escuchar y que no cree ser “dueña de la verdad”. ¡Es la hija quien está en el centro de la discusión! La madre puede participar activamente en la práctica de escuchar no solo el contenido del mensaje, sino también el tono de voz y el lenguaje corporal (ojos, manos, movimiento del cuerpo) cuando se trata de un tema difícil. Este diálogo ayudará no sólo a la hija, sino también a la madre a reflexionar sobre los múltiples matices de las situaciones, a cuestionar los significados de los comportamientos y asumir la responsabilidad
Es la empatía la que nos permite entrar en el mundo subjetivo del otro , la que nos hace comprender quién es nuestra hija, y la que le hace comprender que estamos para ayudarla y no para juzgarla. Es un acto extremo de amor y aceptación del otro, que deja de lado intervenciones inútiles para escuchar y comprender. El papel de la madre es el de una figura de referencia , presente y suficientemente receptiva para captar la aparición de aquellas señales que indican en qué dirección se propone ir la hija.
La madre que le da a su hija la libertad y la elección de cometer errores , pero al mismo tiempo se ofrece dispuesta a hablar y reflexionar juntas sobre los errores , es una madre que le permite a su hija crecer y crear una identidad madura para sí misma en ella . propio.
Es fundamental que la madre no dramatice , que no transfiera su carga de ansiedad a la hija o que esté excesivamente disponible para ofrecer ayuda, de lo contrario podría parecer una intrusiva. La adolescencia es un proceso natural que debe ser acompañado con cuidado y respeto.
Este artículo quiere terminar con una declaración de Gustavo Pietropolli Chiarmet, un psicoterapeuta atento al tema de la crianza, que parece ofrecer una visión prometedora: » Entiendo que la mayoría de las mujeres embarazadas hoy esperan que sea hembra».