
Pensamiento positivo y resiliencia
Pensamiento positivo : en las situaciones más difíciles al límite de nuestros recursos físicos y psicológicos, el pensamiento positivo nos invita a actuar.
Podemos quitarle todo al hombre excepto la última libertad humana: la posibilidad de decidir su propia conducta en cualquier circunstancia en que se encuentre. Es esta libertad espiritual la que da sentido a la vida.
viktor frankl
Las situaciones difíciles que nos colocan al límite de nuestros recursos psicológicos siempre nos exponen a una elección: actuar o ser actuados.
He aquí lo que escribe Roberto Assagioli , psiquiatra fundador del Instituto de Psicosíntesis, durante un período de reclusión en prisión por motivos raciales.
“Me di cuenta de que era libre de tomar una de las muchas actitudes hacia esta situación, que podía darle el valor que quería y que dependía de mí cómo usarla. Podría rebelarme internamente y maldecir; o resignarme pasivamente y vegetar; Podría permitirme una actitud de ritmo propio poco saludable y asumir el papel de mártir; afrontar la situación con actitud deportiva y con sentido del humor considerándola una experiencia interesante. Podría convertir este período en una fase de descanso; en una ocasión para reflexionar tanto sobre mi situación personal considerando la vida vivida hasta entonces como sobre problemas científicos y filosóficos. O aprovechar la situación para hacer algún tipo de entrenamiento psicológico; finalmente pude tener un retiro espiritual.
Tuve la clara percepción de que la actitud que tomaría era enteramente mi decisión: que estaba en mí elegir una o varias de estas actitudes y actividades; que esta elección tendría ciertos efectos que yo podía prever y de los que yo era plenamente responsable. No tenía dudas sobre esta libertad esencial y esta facultad y los privilegios y responsabilidades que venían con ella «
(de las notas de la prisión de Roberto Assagioli 1940)
Pensamiento positivo – El ejemplo de Viktor Frankl
Viktor Frankl fue un neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco.
En su libro Un psicólogo en los campos de concentración cuenta su historia de estar preso en un campo de exterminio.
Encerrado en los campos de exterminio de la Alemania nazi, fue testigo de atrocidades indescriptibles. Solo él y su hermana sobrevivieron a esta trágica experiencia en la que sus padres; el hermano y su esposa perdieron la vida. Lo que se dio cuenta en este ambiente organizado para arrebatarle todo al ser humano fue que sólo hay una cosa que nadie le puede quitar al hombre: la libertad de elegir cómo responder a los acontecimientos.
Sus perseguidores podían decidir sobre su cuerpo y el ambiente en el que se encontraba, pero solo él podía determinar hasta qué punto lo que le estaba pasando podía afectarlo.
Cultivando la capacidad de interiorización a través de la vuelta a un pasado feliz o proyectándose a un futuro diferente, Frankl ejerció su pequeña libertad hasta hacerla cada vez más grande. De esta manera ayudó también a otras personas a encontrar un sentido al sufrimiento que las atenazaba ya la dignidad de su existencia como prisioneras.
En la situación más degradante imaginable, Frankl descubrió un principio fundamental de la naturaleza humana: entre el estímulo y la respuesta, el hombre tiene la libertad de elegir.