Ansiedad y ataques de pánico

Ansiedad y ataques de pánico

La ansiedad y los ataques de pánico pueden ser experiencias muy difíciles de enfrentar. Cuando se experimenta ansiedad, el cuerpo se pone en un estado de alerta constante, lo que puede causar una gran cantidad de estrés y preocupación. Los ataques de pánico son episodios intensos de miedo o pánico que pueden ocurrir repentinamente y sin una razón aparente. En este artículo, exploraremos cómo manejar la ansiedad y los ataques de pánico, incluyendo sus síntomas, causas y tratamientos efectivos.

Casi todos sentimos ansiedad de vez en cuando. La ansiedad es un sentimiento de miedo y tiene una función adaptativa, protectora, en el sentido de que nos hace estar más atentos a la información que nos rodea, para poder protegernos del peligro . Los síntomas del miedo (palpitaciones, respiración pesada, etc.) nos dan la energía para defendernos del peligro o para huir (la respuesta de lucha o huida). Estas son reacciones naturales al peligro real y, por lo tanto, el miedo/ansiedad normal nos ayuda a detectar amenazas y reaccionar adecuadamente ante ellas.  

Sin embargo, la ansiedad se vuelve problemática (patológica) cuando el sentimiento de miedo es tan abrumador que deteriora significativamente nuestra calidad de vida, desempeño y relaciones con los demás. La ansiedad patológica es un miedo exagerado e incontrolable.

¿Qué es la ansiedad y los ataques de pánico?

La ansiedad es una emoción normal y común que todos experimentamos en algún momento. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve crónica y se experimenta con frecuencia, puede ser un trastorno de ansiedad. La ansiedad se manifiesta en diferentes formas, incluyendo preocupación, miedo y tensión.

Los ataques de pánico son episodios intensos de miedo o pánico que pueden ocurrir repentinamente y sin una razón aparente. Durante un ataque de pánico, se pueden experimentar síntomas físicos como sudoración, temblores y palpitaciones del corazón.

Ansiedad y ataques de pánico

¿Cuáles son las causas de la ansiedad y los ataques de pánico?

La ansiedad y los ataques de pánico pueden ser causados por una variedad de factores, incluyendo factores biológicos, psicológicos y ambientales. Los factores biológicos incluyen cambios en los niveles de hormonas y neurotransmisores en el cerebro, mientras que los factores psicológicos incluyen el estrés, la preocupación excesiva y las creencias negativas sobre uno mismo.

Los factores ambientales también pueden desencadenar la ansiedad y los ataques de pánico, como los cambios importantes en la vida, la presión en el trabajo y los eventos traumáticos.

¿Cómo se pueden tratar la ansiedad y los ataques de pánico?

Existen varios tratamientos efectivos para la ansiedad y los ataques de pánico. Estos incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC), la medicación y las terapias alternativas. La TCC es una forma de terapia que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y a desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas. La medicación también puede ser efectiva para el tratamiento de la ansiedad y los ataques de pánico, y puede incluir antidepresivos, ansiolíticos y beta-bloqueantes.

Además de la TCC y la medicación, existen terapias alternativas que pueden ser útiles para el tratamiento de la ansiedad y los ataques de pánico. Estos incluyen la meditación, el yoga, la acupuntura y la terapia de masaje.

Síntomas de la ansiedad y los ataques de pánico

Los síntomas de la ansiedad y los ataques de pánico pueden variar de persona a persona, pero aquí hay algunos síntomas comunes:

  • Sensación de miedo o pánico
  • Preocupación constante
  • Sudoración
  • Palpitaciones
  • Temblores
  • Dificultad para respirar
  • Náuseas o malestar estomacal
  • Sensación de pérdida de control
  • Miedo a perder la cordura o volverse loco
  • Evitación de situaciones que puedan desencadenar la ansiedad o el ataque de pánico

Es importante tener en cuenta que los síntomas de la ansiedad y los ataques de pánico pueden ser similares a los síntomas de otros trastornos, como la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo. Por lo tanto, es importante buscar ayuda profesional si se experimenta alguno de estos síntomas.

Causas de la ansiedad y los ataques de pánico

La ansiedad y los ataques de pánico pueden ser causados ​​por una variedad de factores, que incluyen:

  • Genética: Algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar trastornos de ansiedad debido a su historial familiar.
  • Factores ambientales: El estrés y los eventos traumáticos pueden desencadenar la ansiedad y los ataques de pánico.
  • Desequilibrios químicos: Los desequilibrios en ciertas sustancias químicas en el cerebro, como la serotonina y la norepinefrina, pueden contribuir a la ansiedad y los ataques de pánico.
  • Enfermedades físicas: Algunas enfermedades físicas pueden causar síntomas similares a la ansiedad.

Cuando el miedo se produce en ausencia de un peligro real, decimos que es una falsa alarma. Con el tiempo, esta falsa alarma puede convertirse en una alarma aprendida, lo que significa que comenzará a temer los mismos síntomas del miedo (que en realidad están destinados a protegerlo) porque no comprende por qué los tiene. Imagina que este sistema de detección de peligros que tiene nuestro cerebro es similar al sistema de alarma de un coche. Es útil que la alarma del coche salte cuando se produce un hecho no deseado como golpear, romper, forzar la puerta o el maletero (alarma real-normal ansiedad) , pero es molesto que salte la alarma cuando sopla el viento, la sale el sol o pasa una persona a su lado (falsa alarma-ansiedad patológica) .

Los trastornos de ansiedad son los problemas mentales más extendidos, afectando al 28,8% de la población (simplificado, los trastornos de ansiedad afectan a 3 de cada 10 personas ). Pueden aparecer como resultado de la interacción de varios factores de riesgo: genéticos, de personalidad, cognitivos, eventos negativos en la vida de la persona. Aunque los trastornos de ansiedad son tratables, lamentablemente solo un tercio de las personas que padecen estas afecciones buscan ayuda especializada. Previamente es necesaria una consulta médica, para descartar cualquier posible causa médica de los síntomas (hipertiroidismo, adicción a la cafeína, prolapso de la válvula mitral, etc.), tras la cual se realiza una valoración por un especialista en salud mental (psicólogo clínico/psiquiatra) y posteriores sesiones de psicoterapia.

¿POR QUÉ OCURREN LOS ATAQUES DE PÁNICO?

Durante los ataques de pánico, la ansiedad es tan intensa que puede malinterpretarla como una señal de que está teniendo un ataque al corazón u otro problema médico grave, que se está volviendo loco o que está completamente fuera de control.

Los síntomas que se presentan durante los ataques de pánico se deben a interpretaciones distorsionadas que las personas han hecho en el pasado y aún hacen. Por ejemplo, cuando siente que su corazón late más rápido, que respira de manera diferente (incluso si tiene una razón plausible para explicar estos síntomas: subió las escaleras, cargó objetos pesados, pasó la aspiradora por la casa, se apresuró a tomar el autobús, etc.) .) tiendes a interpretar estos síntomas como amenazantes (piensas que te va a dar un infarto, que padeces alguna enfermedad grave, que te vas a morir). Esto te asusta aún más e implícitamente aumenta tu nivel de ansiedad, lo que conduce a otros síntomas físicos: palpitaciones, latidos cardíacos fuertes y/o rápidos, sudoración, olas de calor o frío, entumecimiento, hormigueo en el cuerpo, temblores o escalofríos, sensación de ahogo o un nudo en la garganta, dificultad para respirar o sensación de falta de aire, presión, dolor en el pecho incomodidad o dolor, náuseas, diarrea u otros problemas estomacales, sensación de mareo, malestar, pérdida de equilibrio o desmayo, sensación de irrealidad, estar fuera del cuerpo o sentir que lo que está sucediendo es extraño, inusual o síntomas mentales: cree que va a morir, que vas a perder el control, que no vas a poder hacer frente, y que te vas a volver loco. Estos conducen a otras interpretaciones más exacerbadas y por lo tanto estás en un círculo vicioso.

Una vez que tiene estos pensamientos y síntomas, sus interpretaciones de la situación hacen que parezca aún más amenazante, lo que hace que su nivel de ansiedad aumente aún más. Puede pensar que al evitar situaciones en las que sabe que pueden ocurrir los síntomas, los eliminará, pero solo está reforzando el miedo.

Ansiedad: de normal a patológica

No pocas veces he escuchado deseos como: «¡Quiero terminar sin preocuparme por nada o no volver a sentirme ansioso nunca más!». En cada una de estas situaciones, nuestro trabajo comenzó fijando expectativas y estableciendo objetivos racionales y realistas.

Mientras respiramos, tenemos un sistema emocional que hace lo mismo, e implícitamente tenemos un sistema de alarma que nos quiere bien adaptados y preparados para hacer frente a una amplia gama de situaciones. No sentir estados de ansiedad en absoluto implicaría una anestesia de este sistema emocional, que no sería en absoluto selectiva, sino que implicaría tanto la disminución o aniquilación de las emociones negativas como las positivas, algo que sucede en estados depresivos muy profundos.

La ansiedad es una preocupación o miedo que se presenta ante situaciones de incertidumbre o estrés, teniendo la función de hacernos más atentos o vigilantes ante situaciones potencialmente amenazantes que nos rodean. En otras palabras, nos ayuda a detectar el peligro y reaccionar adecuadamente ante él.

La ansiedad se convierte en un problema cuando nos desgasta como un abrigo y cuando se vuelve tan abrumadora que deteriora nuestra calidad de vida y la forma en que funcionamos en la vida cotidiana.

¿Cómo saber la diferencia entre el miedo normal, la preocupación o la ansiedad y la ansiedad patológica?

  • La ansiedad normal ocurre como una reacción automática al peligro potencial/inminente, y la ansiedad patológica ocurre como una reacción compleja (fisiológica, mental, conductual y emocional) al peligro posible/anticipado.
  • La ansiedad normal desaparece con la resolución de una situación, mientras que en la ansiedad patológica la persona encuentra una y otra vez otro motivo para preocuparse
  • La ansiedad normal ocurre ocasionalmente y tiende a remitir fácilmente, mientras que la ansiedad patológica ocurre con frecuencia, se vuelve crónica y requiere atención e intervención psicológica y/o psiquiátrica.
  • La ansiedad patológica, a diferencia de la ansiedad normal, puede ser vista por quienes nos rodean como una reacción exagerada, desproporcionada con la situación en la que te encuentras
  • En la ansiedad normal, la persona se orienta a encontrar las conductas más adecuadas para hacer frente a la situación, a diferencia de la ansiedad patológica donde el comportamiento está dominado por conductas de evitación, evasión y seguridad.

¿Cómo estás lidiando con la ansiedad?

Imagina un eje que va desde el -10 (que significa la sensación de «anestesia» a nivel emocional), hasta el 0 (ansiedad absolutamente normal) y hasta el 10 (ansiedad patológica). ¿Dónde sientes que encajas?

Conclusión

Para reducir el miedo que sientes, incluidos estos síntomas, trabajaremos juntos en cómo interpretas y reaccionas ante estas situaciones inofensivas que nos suceden a todos. En otras palabras, al reinterpretar estas situaciones de una forma más sana y realista y cambiando la forma de pensar y de comportarse, se reducirá la ansiedad patológica, y con ella se reducirá la aparición de ataques de pánico. Sé que la ansiedad patológica es abrumadora e incluso paralizante en ocasiones, es posible que la hayas sentido durante tanto tiempo que te hayas acostumbrado a su presencia y consecuencias, pero es importante recordar que no tienes que cargarlo toda la vida, no es una condición incurable, por lo que se puede tratar. Se ha demostrado que la terapia cognitiva conductual, con o sin medicación, es muy eficaz en el tratamiento de los ataques de pánico y el trastorno de pánico.

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