Cómo proteger a los niños del abuso paterno: estrategias efectivas

Cómo proteger a los niños del abuso paterno: estrategias efectivas

¿Qué es el abuso?

El abuso se define como cualquier acción que intencionalmente daña o lesiona a otra persona. Esta asociación entre los padres y el abuso es extraña. La palabra abuso tiene una connotación negativa y, en general, no debe asociarse con el sustantivo «padres». Pero lamentablemente, este tipo de padres también existe.

En este artículo hablaré sobre los tipos de abuso y los tipos de padres abusivos y cómo las acciones de los padres pueden afectar nuestra vida adulta.

Tipos de abuso

Abuso físico

El abuso físico es el uso intencional de la fuerza física contra un niño que finalmente resulta en daño a la salud, el desarrollo o la dignidad del niño. Los padres utilizan este tipo de abuso para castigar al niño. 

Abuso sexual

El abuso sexual es aquella forma de abuso en la que un adulto o un adolescente mayor abusa de un niño para estimularlo sexualmente. El abuso sexual se define como la participación de un niño en un acto sexual dirigido a la gratificación física del abusador. 

Abuso psicológico

El abuso psicológico, también llamado abuso emocional, es una forma de abuso definida por una persona que expone a otra persona a un comportamiento que puede conducir a un trauma psicológico, que incluye ansiedad, depresión crónica o trastorno de estrés postraumático.      

Negligencia infantil

La negligencia infantil es una forma de abuso caracterizada por no satisfacer las necesidades físicas, emocionales, sociales y educativas básicas de un niño, incluida la falta de supervisión adecuada, atención médica, ropa o vivienda. .

Cómo proteger a los niños del abuso paterno: estrategias efectivas

¿Qué es un padre abusivo?

Un padre abusivo es aquel cuyas acciones y comportamientos negativos son perjudiciales para su hijo.

Tipos de padres abusivos

Padres víctimas

Los padres «víctimas» son padres que se enfocan tanto en sus necesidades y problemas y dirigen el comportamiento de sus hijos de tal manera que estos últimos se convierten en pequeños salvadores que los cuidan tanto como a sus padres.

Cuando un padre impone responsabilidades a su hijo que no concuerdan con su nivel de desarrollo, los roles familiares se desdibujan y los niños llegan a creer que son responsables de cuidar y salvar a sus padres.

El niño vivirá toda su vida con la idea de que su papel es el de salvador y cuidador de sus padres.

Los padres que centran toda su energía en sus necesidades envían un mensaje muy doloroso a sus hijos, a saber: «Mis necesidades y problemas son los únicos que importan. ¡TÚ no importas!». Este abandono físico y emocional tendrá efectos muy dañinos en el niño en la vida adulta.

Padres verbalmente abusivos

Los padres verbalmente abusivos son aquellos padres que tratan de disciplinar a sus hijos mediante la agresión verbal. Los abusadores verbales atacan a sus hijos de dos maneras:

Directamente usando insultos y palabras humillantes.

Indirectamente a través de las burlas, el sarcasmo. Ocultan su abuso verbal bajo la apariencia del humor. Cuando la víctima de abuso se queja de los comentarios crueles, el abusador usa la línea «No tienes sentido del humor, sabes que solo estoy bromeando».

Muchos padres usan el abuso verbal pero lo encubren con la máscara de «consejo». Justifican sus comentarios mezquinos diciendo que estos comentarios se ofrecen por el bien de los niños. Este mecanismo tóxico para encubrir el abuso verbal confundirá a los niños abusados ​​hasta la edad adulta. El maltrato, al estar envuelto en esta faceta protectora de la educación, produce confusión en el adulto, que no puede percibir lo traumáticas que son las palabras utilizadas por los padres.

Padres controladores

Los padres controladores son aquellos que utilizan la manipulación, la victimización o el apoyo excesivo para controlar la vida de sus hijos.

Esta necesidad de tener control sobre la vida de los niños proviene de la ansiedad. Los padres ansiosos sienten la necesidad de proteger a sus hijos volviéndose sobreprotectores. La hiperprotección no siempre es algo malo, es importante que una madre cuide que su hijo de 2 años esté a salvo de todo mal. Pero si persiste la excesiva necesidad de protección y control y cuando el niño va a cumplir los 12 años, esta protección se torna tóxica.

El control directo implica intimidación o humillación. Los padres suelen utilizar frases como: – «¡Sé lo que es mejor para ti, así que harás lo que yo te diga!», «Si no haces lo que yo quiero, me enfermaré y será mi culpa tu .».

Padres físicamente abusivos

Los padres físicamente abusivos son aquellos que descargan su ira y frustración en el niño usando violencia física.

Estos padres se guían por el dicho: «Los latidos se rompen del cielo» y consideran el abuso físico una buena manera de disciplinar a su hijo.

Los padres golpean a sus hijos por su incapacidad para controlar sus impulsos. Estos impulsos ocurren cuando el padre está física y mentalmente agotado y el niño empuja al padre (llorando o desafiando a sus padres). Los padres abusivos golpean a sus hijos cada vez que sienten emociones negativas que quieren liberar.

Tanto en el caso de este tipo de maltrato como en el caso del maltrato verbal, aparece el mecanismo de defensa denominado desplazamiento caracterizado por redirigir pensamientos, emociones o impulsos provocados por otra persona o situación hacia una persona que consideramos menos autoritaria.

Padres abusadores sexuales

Los padres abusadores sexuales son aquellos que abusan sexualmente de sus hijos o los abusan indirectamente seduciéndolos.

El abuso sexual es el tipo de abuso más cruel y traumático. Este abuso deja huellas muy profundas en la psique y el carácter de los abusados.

Esta disrupción de roles es muy dañina para un niño. Vivirá en total confusión. Hay padres que seducen a sus hijos de tal forma que el incesto se convierte en una normalidad para las víctimas, y es aquí donde aparece el síndrome de Estocolmo . El síndrome de Estocolmo hace referencia a la dependencia psicológica que acaba mostrando la víctima hacia el agresor/maltratador, a pesar de los abusos a los que es sometida.

Hay padres que abusan tanto sexual como psicológicamente con amenazas como «¡Si le cuentas a alguien, te haré daño!» o «Si lo dices, nadie te creerá, todos pensarán que estás loco».

Si no logran convencerlos con amenazas, terminan usando la fuerza y ​​la violencia física.

La mayoría de las víctimas de abuso sexual infantil mantienen oculto el trauma que sufrieron por miedo a romper la familia pero también por la vergüenza que sienten cuando piensan en hablar. El abusado, lamentablemente, vive con el pensamiento irracional – «Todo es mi culpa», lo que provoca sentimientos de desprecio y repugnancia hacia la persona.

¿Por qué abusan los padres?

Hay muchos factores que conducen al abuso en una familia. Hablaremos de algunos de ellos a continuación:

  • Antecedentes de abuso o negligencia infantil durante la propia infancia. En la infancia, la familia representa toda nuestra realidad, es el universo en torno al cual giramos y nuestra base de seguridad. Las decisiones que tomamos de niños se basaron en las cosas que observamos y aprendimos en el entorno familiar. Si los padres de nuestros padres eran tóxicos, las decisiones que tomaron y la forma en que se comportaron también podrían serlo. Es un círculo vicioso en el que la víctima del abuso se convierte en abusador.
  • Estrés socioeconómico debido a problemas financieros, desempleo o problemas médicos. Los problemas de dinero o el estrés pueden desencadenar la ira que se descarga en los niños debido a la inmadurez emocional. Esta inmadurez emocional hace que el progenitor no regule sus emociones de forma sana y descargue su ira sobre sus hijos a los que considera inferiores en cuanto a fuerza física.
  • Falta de apoyo de familiares, amigos, vecinos o la comunidad. El cansancio puede volvernos irritables y, como mencionamos, los padres transfieren emociones negativas a los niños.
  • Afecciones de salud física o mental, como depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático (TEPT).
  • Adicción a una sustancia nociva (alcohol, drogas).

El abuso infantil es la forma más común de abuso. Pero el abuso nunca sucede porque un niño es «malo». El abuso infantil es el resultado de un padre que no se cuidó a sí mismo primero, que no procesó sus propios traumas y no trabajó en su desarrollo personal.

Efectos del abuso infantil en la vida adulta

Efectos del abuso infantil en la vida adultaDescripción breve
Problemas de salud mentalAnsiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático, trastornos de personalidad, trastornos alimentarios, abuso de sustancias, entre otros.
Dificultades en las relaciones interpersonalesProblemas para establecer relaciones saludables, dificultades para confiar en los demás, relaciones abusivas o tóxicas, entre otros.
Baja autoestima y falta de confianzaSentimientos de inferioridad, dificultades para establecer metas y lograr objetivos, miedo al fracaso, entre otros.
Problemas de conducta y delincuenciaComportamientos agresivos, delincuencia, adicción a las conductas de riesgo, entre otros.
Problemas sexualesTrastornos sexuales, dificultades para establecer relaciones sexuales saludables, adicción al sexo, entre otros.
Problemas físicos y de saludDificultades para dormir, trastornos alimentarios, enfermedades relacionadas con el estrés, entre otros.
Problemas laborales y económicosDificultades para mantener un empleo, problemas para gestionar el dinero, entre otros.

Es importante tener en cuenta que los efectos del abuso infantil pueden variar en función de cada persona y de las circunstancias del abuso. Además, es posible que una persona experimente varios de estos efectos al mismo tiempo.

Signos y síntomas de un niño maltratado

Señales de abuso físico

  • Contusiones, golpes o quemaduras que no se pueden explicar suficientemente.
  • Patrones inusuales de hematomas que reflejan la forma del instrumento utilizado para infligir la lesión (p. ej., cinturón, mano, marcas de mordeduras humanas).
  • Quemaduras mal explicadas, por ejemplo, quemaduras de cigarrillos.
  • Ausencia de cabello o hemorragia debajo del cuero cabelludo debido a un tirón vigoroso del cabello.
  • Comportamiento retraído, temeroso o extremo.

Descuido físico

  • Frecuentemente se ausenta de la escuela.
  • No recibió ayuda por problemas físicos o médicos señalados a la atención de sus padres o cuidadores.
  • Tiene problemas de aprendizaje (o dificultad para concentrarse) que no se pueden atribuir a causas físicas o psicológicas específicas.
  • Siempre está alerta, como preparándose para algo malo.
  • Está constantemente sucio.
  • Ropa inapropiada para la edad o la temporada.

Abuso emocional

  • Falta de confianza y autoestima.
  • Dificultad para controlar las emociones.
  • Dificultad para crear y mantener relaciones.
  • Ansiedad, infelicidad o retraimiento.
  • Falta de habilidades sociales.
  • Autolesiones o intentos de suicidio.

¿Cómo reducir los efectos del abuso?

Si sufrió un trauma en la infancia, hay algunas cosas que puede hacer para sentirse mejor:

  • Pasa tiempo con los seres queridos en tu vida que te apoyan y te ofrecen empatía y aceptación.
  • Mantener un horario constante para comer y dormir. Es importante cuidar su salud física.
  • Evitar el alcohol y las drogas (al menos en exceso). Estas sustancias pueden ser dañinas y su consumo excesivo puede reducir tus posibilidades de poder hacer lo que quieres.
  • Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudar. Ir a un psicólogo no es malo. Te ayuda mucho a procesar lo que te pasó y poder darle un nuevo sentido a tu vida. Es difícil cuando creces en un ambiente tóxico, por lo que debes ser amable contigo mismo y comprender que lo que te sucedió no fue culpa tuya. También es difícil cuando te topas con la realidad y te das cuenta de que el entorno en el que creciste no era tan favorable para ti y que tus padres no eran tan maravillosos. Un psicoterapeuta puede ayudarlo escuchándolo y apoyándolo en el procesamiento de lo que sucedió en su infancia.

¿Cómo no convertirse en abusadores ?

La dinámica de la relación agresor-rescatador-víctima

El agresor  o  perseguidor  es la figura autoritaria que manipula a la víctima. No tiene en cuenta las necesidades y la identidad de la víctima, y ​​sus acciones se dirigen hacia el abuso emocional o incluso físico de la víctima. La víctima es quien desatiende sus necesidades y minimiza sus propios poderes, dejándose abusar por el perseguidor y pidiendo ayuda y apoyo al salvador. El salvador  es quien interviene en el conflicto entre el agresor y la víctima, tratando de salvar y solucionar las situaciones problemáticas de la víctima.

En algunos casos, la propia víctima puede convertirse en agresor para el salvador , y entonces el papel de éste cambia al de víctima.

Para reducir la posibilidad de convertirse en agresor, es necesario iniciar un proceso terapéutico. La terapia puede ayudarte a comprender todo lo que sufriste de niño y encontrar nuevas formas de filtrar la realidad a través de tus propios recursos y no a través de las creencias irracionales implementadas por familiares tóxicos. No tengas miedo, todos crecemos y tenemos nuestro bagaje emocional desde la infancia, y los terapeutas son personas empáticas, listas para apoyarte y ayudarte a comprender mejor tus experiencias emocionales.

Puede recurrir a un psicólogo especializado para obtener apoyo o buscar uno en su zona de confort.

Mi recomendación de lectura para proteger a los niños del abuso paterno

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