Cuando el pensamiento bloquea las relaciones

Cuando el pensamiento bloquea las relaciones

Sergio tiene miedo de relacionarse con los demás porque teme su juicio . En particular, su problema surge cuando tiene que hablar con una mujer, se siente inferior y ahora es seguro que cuando intente acercarse a él, le dará una mala impresión. Intentó varias veces usar estrategias para superar su miedo y al final el resultado siempre fue el mismo: el fracaso . Ahora se encuentra a sus 34 años sin haber tenido nunca una relación y no pasa un día en el que piense que quiere poder relacionarse como sus compañeros, pero no puede, es más fuerte que él, el miedo a no saber qué decir o responder de manera incorrecta, lo llevó a retraerse en sí mismo ya limitar por completo sus relaciones sociales.

Pero, ¿cómo sucede esto?

Desde pequeños nos educaron para “pensar antes de hablar”, para evitar malas impresiones o para evitar decir cosas que no queríamos decir . Esta forma de control funciona hasta que se genera lo contrario, es decir, un proceso rígido (…¿qué digo ahora?…¿qué debo hacer?…¿digo esto o aquello?) que corre el riesgo de generar en ocasiones una forma de fobia social., donde la relación con los demás termina creando una fuerte ansiedad. Es así como lo que inicialmente se hizo con las mejores intenciones termina volviéndose en nuestra contra, generando los peores efectos y transformando la relación con los demás en un verdadero problema. Un problema porque uno ya no sabe cuál es la forma de entrar en una relación. Así es como comenzamos a observar el comportamiento de los demás o a imaginar un modelo ideal de persona en el que inspirarnos, para encontrar el modo de acción más adecuado en esa situación particular.

Pero, ¿qué se consigue en tales casos?

Que la persona se enrede en la maraña de sus pensamientos o actos tratando de ser espontáneos, pero que terminan siendo torpes y construidos. Se genera así un círculo vicioso , en el que nos ponemos a prueba una y otra vez confirmándonos a nosotros mismos que somos incapaces de relacionarnos con los demás como nos gustaría, hasta el punto de evitar todos aquellos lugares o situaciones sociales que nos generan ansiedad . y que acaban convirtiéndose en algo amenazador. Por tanto, también se desarrolla un pensamiento paranoico hacia los demás, que podrían tomar conciencia de su problema y de los que debe esconderse. Como es posible imaginar, esto en la mayoría de los casos genera un estado depresivo, en el que uno se resigna a la idea de no estar a la altura.de confrontación y de no saber relacionarse . Reiteradas en el tiempo, estas acciones transforman, como argumentaba Watzlawick , una realidad inventada en una realidad concreta, impidiendo así una vida pacífica en las relaciones con los demás.

¿Qué hacer en estos casos?

Seguramente es importante reflexionar sobre el hecho de que cada vez que se piensa en cómo actuar se crea un efecto paradójico que tiene como consecuencia el bloqueo de lo que debería ser espontáneo (la relación). Si intentamos bajar corriendo las escaleras pensando en cómo ponemos primero un pie y luego el otro, acabaremos tropezando. Lo mismo sucede en las relaciones. Por tanto, intentar bloquear las respuestas a esos «pensamientos inútiles» encaminados a encontrar la actitud «adecuada» a adoptar y que no hacen más que crear enormes dudas, representa el primer paso «útil» para afrontar la angustia que genera esta agotadora lucha con ellos mismos.

Tratar nuevamente de anticipar las peores cosas que podrían suceder al entablar una relación podría ser el siguiente paso para crear menos expectativas hacia los eventos.

En esto, un psicoterapeuta puede ayudar a acompañar a quien sufre este tipo de miedo en la dirección de la liberación, ayudando a experimentar una forma diferente de «sentir» la interacción con el otro y permitiéndole entrar en una relación, finalmente, espontánea.

A continuación se muestra un cortometraje titulado: » Trastorno obsesivo compulsivo: salir de la trampa – De un punto… a otro » en el que se describen algunos tipos de rituales que suelen caracterizar al trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y la ayuda que puede brindar el psicólogo psicoterapeuta en el tratamiento de este problema que en ocasiones genera grandes molestias.

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