Hipocondría: ¿Qué es y cómo se trata la ansiedad por la salud?

Hipocondría: ¿Qué es y cómo se trata la ansiedad por la salud?

En estos tiempos complicados, no es para nada una sorpresa si a veces nos sentimos abrumados por la ansiedad y si notamos que tenemos miedo a una posible enfermedad o si nos sorprendemos creyendo que estamos sufriendo de COVID-19, aunque lo hagamos. no tener ninguna confirmación de un médico.

El miedo a la enfermedad -llamado hipocondría o ansiedad por la salud (en lenguaje especializado)- interfiere en nuestras actividades diarias y puede ser una verdadera fuente de estrés para nosotros, así como un estado de frustración para nuestra familia o quienes nos rodean. Por eso es muy importante identificar esta forma de ansiedad. Y si reconocemos que un ser querido está en esta situación, animemos a esa persona a buscar ayuda profesional (psiquiatra especialista o psicoterapeuta) y también apoyemos a ese ser querido a reconocer las fuentes de su angustia y a encontrar sus propias estrategias de afrontamiento para las diferentes condiciones de salud. -ansiedad relacionada.

¿Cómo reconocemos si sufrimos de ansiedad por la salud?

En algún momento, algunos de nosotros podemos volvernos muy atentos, incluso vigilantes a cualquier pequeño cambio en el cuerpo, podemos estar extremadamente preocupados por ciertas sensaciones corporales (que son, de hecho, normales) o ciertos síntomas menores – preocupaciones que, en -un determinado contexto de vida, las creencias negativas sobre el estado de salud y la presencia de una enfermedad grave e incurable se hacen realidad.

Más aún si nuestra preocupación o preocupación por nuestra propia salud o por un problema de salud menor (como dolores de cabeza o indigestión), que llegamos a percibir como un problema muy grave, se vuelve tan intensa que produce un fuerte malestar, interfiere en nuestra vida diaria. actividades y afecta nuestro buen funcionamiento, podemos decir que luchamos contra el miedo a la enfermedad o la ansiedad sobre nuestro propio estado de salud, en resumen, la hipocondría.

Al estudiar este trastorno somatomorfo, los psicólogos investigadores han llegado a la conclusión de que una característica definitoria de este trastorno es la creencia y el temor de que la persona padece una afección somática grave, creencia que se basa en la interpretación errónea de sensaciones corporales fisiológicas, normales o anormales y síntomas menores, considerándose éstos los signos de una enfermedad orgánica grave. Además, las investigaciones médicas no revelan ningún elemento que pueda justificar los temores de la persona sobre su salud y, sin embargo, está lleno de preocupación. Podemos agregar que lo que genera mayor angustia son las manifestaciones de ansiedad excesiva sobre la condición de salud más que los síntomas físicos en sí.

Las manifestaciones son muy variadas: miedo ligado a diferentes sensaciones normales del cuerpo (como el latido del corazón, la respiración, la sudoración, la actividad gástrica o intestinal); miedo relacionado con algunos síntomas menores (como ganglios linfáticos pequeños o hinchazón, congestión nasal); control excesivo de la salud del cuerpo; atención selectiva al funcionamiento de un órgano (por ejemplo, los pulmones o el hígado); mayor atención a una enfermedad (como el cáncer); concentración y preocupación por conocer la mayor cantidad de información posible relacionada con las enfermedades; selección de noticias, transmisiones, artículos dirigidos a enfermedades específicas; hablar con los que te rodean solo sobre los síntomas de una enfermedad; asegurar y reafirmar el estado de salud a través de múltiples investigaciones médicas y visitas constantes a los médicos; o, por el contrario, evitar consultas y controles médicos; Evitar actividades consideradas potencialmente mortales (por ejemplo, esfuerzo o ejercicio).

Dos reconocidos investigadores y profesionales, Salkovskis y Warwick (1989), creen que tal trastorno se produce cuando un incidente crítico -ya sea en la infancia o más tarde- altera profundamente las creencias (incluso podemos decir «percepción») de esa persona sobre su salud. . Estos incidentes críticos pueden estar representados por: la aparición de síntomas somáticos inesperados; la presencia de una enfermedad (ya sea experimentada en la infancia o actualmente); la observación de sensaciones fisiológicas ignoradas hasta entonces; la muerte de un familiar o alguien cercano; o confrontar cierta información relacionada con una enfermedad.

¿Es la pandemia un contexto para activar el miedo a la enfermedad?

Partiendo de estos aspectos, podemos decir que, con la irrupción de la pandemia del coronavirus, vivimos un periodo muy difícil, en el que la información recibida de diferentes medios de comunicación era vital para entender lo que nos estaba pasando, pero también tenía un gran lastre. emocional, con un intenso impacto en cada persona.

Este bombardeo de información a favor y en contra puede considerarse un precursor o incluso un detonante, sumamente relevante para la instalación de tal ansiedad. Dada la constante exposición diaria durante un largo período de tiempo a informaciones y presentaciones de alta carga negativa, a lo que se suma la presentación frecuente de mensajes de prevención y mantenimiento de la salud, es posible que algunas personas construyan su propia interpretación errónea de la situación, para formar conductas de control exageradas, preocuparse más, ponerse más ansiosos o más preocupados por su propio estado de salud. Pueden volverse selectivos con respecto a dicha información, prestando más atención a la cantidad de enfermedades y muertes que a la cantidad de recuperaciones,

¿Cómo se cura la hipocondría?

Es muy raro que esta forma de ansiedad se pueda superar sin la ayuda de un especialista. A menudo, los médicos con experiencia en diversas patologías derivarán al paciente con hipocondría a un psicólogo o psiquiatra para una consulta especializada. Es importante saber que esta patología se puede tratar con éxito, si se reconoce como tal y si la persona en cuestión se beneficia de un tratamiento especializado. El esquema de intervención puede representar una combinación de psicoterapia cognitivo-conductual (que, según estudios especializados, es la forma de intervención más eficaz en el tratamiento de la hipocondría) y tratamiento farmacológico (prescrito por el psiquiatra).

¿A qué edad puede surgir la hipocondría?

La hipocondría puede surgir en cualquier momento de la vida, pero suele comenzar en la adolescencia o en la adultez temprana. La edad media de inicio de los síntomas hipocondríacos es de alrededor de 35 años. No obstante, es importante destacar que la hipocondría puede ser un trastorno que se desarrolle a cualquier edad, incluyendo la infancia o la vejez.

¿Cómo evitar convertirse en una persona hipocondríaca?

Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte a evitar convertirte en una persona hipocondríaca:

  1. Practica una buena higiene mental: Dedica tiempo a cuidar de tu salud mental y a hacer actividades que te ayuden a relajarte y a reducir el estrés.
  2. Mantén una perspectiva equilibrada: Trata de no centrarte en tus miedos o preocupaciones de manera excesiva y trata de ver las cosas desde una perspectiva más amplia.
  3. Haz ejercicio regularmente: El ejercicio puede ayudarte a mejorar tu estado de ánimo y a reducir la ansiedad.
  4. Habla con un profesional: Si sientes que tus miedos o preocupaciones están afectando negativamente tu vida cotidiana, habla con un terapeuta o con un médico para obtener una evaluación y ayuda.
  5. Enfoca tu atención en otras cosas: Dedica tiempo a hacer actividades que te gusten y te ayuden a distraerte y a enfocarte en otras cosas.

Es importante tener en cuenta que la hipocondría es un trastorno real y que puede requerir tratamiento profesional. Si sientes que tus miedos o preocupaciones están afectando negativamente tu vida, habla con un profesional para obtener ayuda.

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