
¿Miedo a la ansiedad? ¡Hagámosla nuestra aliada!
La ansiedad es una emoción generada por dos mecanismos de respuesta al estrés : uno de tipo psicológico , que cumple la función de anticipar la percepción de un evento peligroso incluso antes de que se produzca, el otro de tipo fisiológico que por un lado empuja a la exploración a identificar el peligro y afrontarlo de la forma más adecuada y, por otro, la evitación y eventual huida.
Sin embargo, cuando este mecanismo persiste incluso después de la finalización de los eventos potencialmente desencadenantes de ansiedad, hablamos de una ansiedad patológica caracterizada por un estado de tensión permanente que puede comprometer las capacidades operativas y de juicio.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
En la ansiedad puede haber síntomas psíquicos y físicos .
Los síntomas psicológicos pueden ser:
- Voltaje
- Nerviosismo
- Preocupación excesiva por uno mismo y por los demás.
- Insomnio
- Facilidad de llorar
Los síntomas somáticos pueden afectar a todo el cuerpo:
- palpitaciones
- Mareo
- Náuseas
- Aumento de la sudoración
- Trastornos de la sexualidad
- Alteraciones visuales
- Migrañas
- Debilidad
- Temblores
- Aumento de la frecuencia respiratoria
- Colitis
3 consejos para manejar la ansiedad
1. Aceptarla como parte de nosotros : la regla principal para combatir la ansiedad, por paradójico que parezca, es evitar querer vencerla y eliminarla , y es importante vivir la ansiedad como una aliada . El día a día exige muchas veces querer ser un modelo a los ojos de los demás, un punto de referencia, una persona con la que se puede contar, en un intento de perseguir el ideal de hacer lo correcto en el momento adecuado. Cuando se genera un estado de ansiedad, es necesario saber acogerlo como un sistema de alarma que proviene de nuestro cuerpo que de alguna manera ya no quiere someterse a esa figura de perfección que nos atenaza.
2. Date un espacio para relajarte : dado que nuestro estilo de vida se caracteriza cada vez más por un ritmo apremiante y estresante, donde es difícil encontrar un espacio para dedicarte a ti mismo, es recomendable labrarse momentos cada día para reencontrarse y desconectarse . el estrés y sus preocupaciones, cultivando intereses y aficiones .
3. Dividir el problema en partes pequeñas : es muy importante recordar que una situación se vuelve angustiosa en función del significado que le atribuimos.
Si aprendemos a utilizarla a nuestro favor, la ansiedad puede ser un impulso que nos permita dar lo mejor de nosotros y activar todos nuestros recursos personales para conseguir nuestros objetivos finales. Pero si el pensamiento predominante es el “miedo a no lograrlo” entonces la ansiedad puede generar pensamientos negativos, en casos extremos inhibir y por ende, puede llevar a una profecía autocumplida . Por lo tanto, por difícil que sea la situación a manejar, puede ser útil dividirla en partes más pequeñas.. Si nos enfocamos en el problema como un todo, nos parece enorme, pero si lo dividimos y tratamos de abordarlo pieza por pieza, por difíciles que sean los pequeños pasos, todavía nos parecerán más manejables, brindándonos nueva fuerza, mayor seguridad que alimenta nuestra autoestima.