¿Por qué es importante hacerse amigo de los errores?

¿Por qué es importante hacerse amigo de los errores?

Muchos de nosotros hemos sido criados con el fuerte mensaje de que cometer errores es algo serio Y el hecho de que en la infancia siempre fuéramos castigados o regañados cuando nos equivocábamos o no cumplíamos con las expectativas de los adultos vino a significar que algo andaba mal en nosotros. Por lo tanto, no es de extrañar que incluso ahora, como adultos de pleno derecho, a menudo enfrentemos grandes dificultades para elegir o tomar una decisión. Todavía tenemos un miedo terrible a cometer errores. El miedo no es a las consecuencias reales del error, sino a revivir no sé cuántas veces el sentimiento de que no somos capaces de hacer lo que debemos hacer, que inevitablemente nos decepcionaremos y nadie nos querrá.

En ese contexto, el hábito de culpar a los demás puede desarrollarse por sí solo, como un mecanismo de defensa. Esto nos salva, en primer lugar, del difícil enfrentamiento con esa parte de nosotros que nadie ha aceptado nunca. Nos salva de volver a sentirnos culpables y avergonzados. Pero al mismo tiempo nos impide hacer frente a nuestra parte de responsabilidad.

Como fuimos criados sin que se nos diera la oportunidad de cometer errores, nadie nos enseñó a aceptar nuestros errores tampoco. En realidad es imposible no cometer errores o terminar tomando decisiones menos que inspiradas. Especialmente durante la infancia cuando todo es desconocido, pero también más tarde cuando cada día es una página nueva de todos modos. Querer eliminar los errores es esencialmente no aceptar la vida tal como es. ¿Y cómo podríamos vivir nuestras vidas en todo su potencial si no la aceptamos completamente con todas las reglas de su juego?

1200 años antes de que Descartes dijera «¡Pienso, luego existo!», San Agustín escribió «Fallor ergo sum!» (Me equivoco, luego existo). Son las sabias palabras de un hombre que entendió que errar no es un defecto vergonzoso del sistema humano, sino algo fundamental de lo que somos.

Tratando de hacer las cosas extremadamente bien, preocupándonos por cada detalle que pueda escapar a nuestra atención… solo perfeccionamos nuestras inseguridades y quitamos ladrillo a ladrillo del edificio de la confianza en nosotros mismos. Nos estamos auto-saboteando y eso está lejos de ser un hábito bueno y saludable.

La incapacidad de admitir nuestros errores nos lleva a cometer el error más grande: porque pretendemos que nada pasó, no podemos movilizarnos para acceder y usar la sabiduría para hacer las cosas bien. Para sentirnos inteligentes, responsables y dignos, seguimos insistiendo en que la justicia estaba de nuestro lado. Pero estamos cautivos en el esfuerzo de defender (o acusar). Nos guiamos solo por lo que es relevante dentro de nosotros, desconectados de lo que realmente sucede en el mundo exterior, y caemos en la trampa de pensar que nuestro punto de vista refleja perfectamente la realidad. Solo cuando aprendemos a aceptar nuestros errores y vivir con ellos podemos evolucionar, convirtiéndolos en oportunidades de crecimiento y desarrollo personal.

Aprender a cometer errores y admitir nuestros errores es un proceso de saneamiento de la mente que nos da la libertad de tomar decisiones y aprender de nuestras propias experiencias. Es una forma de escapar del miedo que nos mantiene cautivos en un área bien definida, mientras que la belleza de la vida se extiende más allá.

El fracaso es la clave del éxito; cada error nos enseña algo. – Morihei Ueshiba

Errar no solo es humano, sino incluso una buena oportunidad para aprender realmente cosas nuevas. Aquí hay algunas ideas que podrían ayudar con eso:

  1. Comete al menos un error al día intencionalmente ; te ayudará, especialmente si eres un perfeccionista. Los errores no disminuyen tu valor ni tus habilidades, solo te hacen más humano.
  2. Un error puede ser el comienzo de un nuevo camino , no pocas veces los grandes descubrimientos del mundo se hicieron por error. Analiza tus errores también desde esta perspectiva: podría ser un indicador para hacer el cambio que necesitas.
  3. No te arrepientas de los errores : cuando te arrepientes, pierdes tiempo y energía que podrían usarse para encontrar soluciones para arreglar la situación.
  4. Acepta los errores : el simple hecho de que aceptes que has cometido un error significa que eres un poco más sabio que cuando lo cometiste. Confía en tu capacidad para progresar y evolucionar.
  5. Algunos errores son inevitables : hay factores desconocidos o falta de información que pueden influir en el resultado final de sus decisiones y acciones. No puedes pretender tener las habilidades de Nostradamus. La flexibilidad es lo que te ayudará a reconfigurar tu ruta. Siempre hay opciones.

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