
¿Qué son las emociones? ¿Cómo las gestionamos y cuál es su importancia?
Índice
- 1 ¿Qué son las emociones?
- 2 ¿De dónde vienen las emociones?
- 3 Las emociones pueden ser adaptativas (funcionales) y desadaptativas (disfuncionales).
- 4 ¿Qué tan importante es identificar correctamente nuestras emociones?
- 5 ¿Cómo tomamos conciencia de nuestras emociones?
- 6 La importancia de validar las emociones
- 7 ¿Cómo reaccionamos ante las emociones negativas?
- 8 Manejo de emociones
- 9 Trastornos de personalidad y emociones negativas.
- 10 Conclusión
- 11 Mi recomendación de lectura para aprender a gestionar las emociones
Todos nos hemos encontrado con este término de «emoción». Sentimos emociones antes de aprender a hablar. Siempre están con nosotros y dan color a nuestros pensamientos y eventos en nuestras vidas. Las emociones y la forma en que se manifiestan a nivel de expresividad, son una forma por la cual podemos transmitir mensajes no verbales, y podemos ser entendidos por personas de todas las culturas del mundo. Pero aunque parezcan simples de entender, a veces se interponen en el camino de nuestras metas y actividades. A continuación encontrarás una pequeña guía sobre las emociones que a través de ella podrás comprenderlas mejor y podrás gestionar los afectos negativos de forma más eficaz.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son experiencias afectivas positivas o negativas que surgen como respuesta a los acontecimientos que enfrentamos a lo largo de la vida. El propósito de las emociones es ayudarnos a adaptarnos al entorno. Las emociones nos ayudan a tomar decisiones, movilizarnos y actuar en diversas situaciones de crisis y también las emociones nos ayudan a entender a aquellos con quienes nos relacionamos.
¿De dónde vienen las emociones?
Desde un punto de vista biológico, la aparición de la emoción está íntimamente relacionada con la estimulación de áreas del sistema nervioso, concretamente el cerebro y el sistema nervioso central.
Se concluyó que la información llega primero al tálamo y luego se transmite simultáneamente a la amígdala y la corteza cerebral. La amígdala es la estructura cerebral que se ocupa de la regulación emocional.
Cuando la información sobre el evento que activa la emoción es procesada por la amígdala, su procesamiento es rápido, lo que lleva a una respuesta rápida al evento al que nos enfrentamos. Por ejemplo, si estamos caminando por la calle y escuchamos un sonido muy fuerte, lo más probable es que nos sobresaltemos y analicemos de inmediato si el ruido percibido podría ser un factor de amenaza para nosotros.
La información procesada por la corteza cerebral es más lenta, lo que nos da tiempo para evaluar la emoción que nos da el evento.

Las emociones pueden ser adaptativas (funcionales) y desadaptativas (disfuncionales).
Las emociones funcionales son aquellas que nos ayudan, nos informan sobre los acontecimientos del medio externo e interno, nos aclaran y orientan en la comprensión de las necesidades y motivaciones personales. Aunque algunas emociones se consideran negativas, en ciertas situaciones pueden ser útiles. Por ejemplo, el miedo es la emoción que nos advierte que la situación en la que nos encontramos es peligrosa, y la ira es la emoción que nos señala que nuestros límites están siendo violados.
Las emociones disfuncionales son aquellas que bloquean nuestra correcta percepción del entorno, que inciden negativamente en nuestro comportamiento, que nos impulsan a tomar decisiones equivocadas y que impiden que podamos detectar correctamente nuestras necesidades.
¿Qué tan importante es identificar correctamente nuestras emociones?
Identificar correctamente nuestras emociones y las de los que nos rodean nos aporta una serie de importantes beneficios:
- Las emociones correctamente identificadas nos dan mensajes sobre nuestras necesidades. Por ejemplo, te levantas por la mañana con un estado nervioso preparándote para ir a trabajar. Este estado puede transmitirte el hecho de que tu trabajo es uno en el que se violan tus límites, en el que tal vez estás sobrecargado de trabajo y con el que en realidad no estás satisfecho.
- Las emociones nos ayudan a relacionarnos, comprender e incluso ayudar a quienes nos rodean. No podemos leer los pensamientos de las personas, pero podemos inferir las emociones de una persona sin que diga nada, interpretando las expresiones faciales. Así podemos notar cuando una persona está triste y ofrecerle apoyo, o podemos notar cuando la persona a nuestro lado está nerviosa y necesita espacio.
- Las experiencias emocionales nos dan información sobre el entorno en el que vivimos (si estamos en peligro, si el entorno es agradable, si nuestra actividad nos produce satisfacción).
¿Cómo tomamos conciencia de nuestras emociones?
Nuestras emociones son muy fáciles de tomar conciencia, si conocemos su forma de manifestación tanto a nivel corporal como a nivel de expresividad. A continuación encontrarás la descripción de las 6 emociones válidas en todas las culturas del mundo.
La ira como emoción
La ira es una emoción fuerte que nos hace actuar de manera impulsiva o agresiva. La ira se produce cuando se violan nuestros límites.
A nivel del cuerpo, la ira se manifiesta por un aumento del pulso, un estado de agitación e irritabilidad aumentada, el tono de la voz se vuelve más firme y más alto. En algunos casos, durante los ataques de ira, se produce un temblor visible en las extremidades.
A nivel de expresividad , la ira se manifiesta con el ceño fruncido y el rostro tenso. A veces podemos ponernos rojos en la cara cuando estamos enojados.
La tristeza como emoción
La tristeza es una emoción que aparece cuando nos enfrentamos a hechos negativos . En general, los eventos relacionados con la pérdida nos causan tristeza (pérdida de una persona cercana, un objeto, un trabajo, una relación).
A nivel fisiológico , la tristeza se manifiesta a través del cansancio mental y físico, la inquietud, la sensación de vacío interior, a veces se produce somatización, a través de la presión en el pecho o el abdomen.
Una persona triste se puede notar fácilmente por la expresividad de la cara. Las comisuras de los labios apuntan hacia abajo y las comisuras internas de las cejas están levantadas.
La sorpresa como emoción
La sorpresa es una emoción que ocurre después de un evento positivo o un evento negativo.
A nivel del cuerpo , la sorpresa se manifiesta por un aumento del pulso, la intensa sensación de vacío en el estómago, sobrecogedora. Si el desencadenante fue negativo, el cuerpo entra en estado de alerta y se prepara para manejar el evento negativo.
A nivel fisionómico, la sorpresa se puede reconocer por la apertura más prominente de los ojos, la boca muy abierta y las cejas levantadas.
Miedo o pavor como emoción.
El miedo es la emoción causada por un evento amenazante percibido.
A nivel físico, el miedo hace sentir su presencia a través de taquicardia (aumento del ritmo cardíaco), hiperventilación (respiración acelerada), palmas sudorosas, nudo en la garganta, sensación de pánico, temblor en todo el cuerpo.
A nivel expresivo , el miedo se distingue por unos ojos muy abiertos y un rostro muy tenso.
El asco como emoción
El asco es la emoción que aparece cuando entramos en contacto con cosas que consideramos desagradables, antiestéticas, repulsivas.
A nivel corporal , el asco se manifiesta por la aparición de náuseas y molestias en la zona del estómago.
A nivel expresivo se destaca el disgusto por el hecho de que el labio superior se levanta al máximo, el labio inferior se levanta a su vez (saliendo un poco). Las fosas nasales están levantadas y la nariz arrugada.
La felicidad como emoción
La felicidad es una emoción placentera que aparece cuando ocurren eventos positivos en nuestra vida, cuando recibimos lo que deseamos o cuando logramos las metas que nos proponemos.
A nivel fisiológico, la felicidad se manifiesta a través de la excitación y el aumento de energía. Puede haber hormigueo en el cuerpo, e incluso una presión que se caracteriza como agradable, en el pecho. A nivel expresivo, la felicidad se destaca mediante un borrado del rostro. Una persona, cuando está feliz, sonríe, sus ojos brillan y sus mejillas están levantadas.
Emoción | Aparece cuando | A nivel expresivo | A nivel fisiológico |
Enojo | – Se violan los límites – No se logran los objetivos | – esfuerzo – ceño fruncido – enrojecimiento de la cara | – Aumento del pulso – Agitación – Temblor – Irritabilidad |
Ella esta triste | – Nos enfrentamos a eventos negativos | – Las comisuras de los labios caídas – Las comisuras internas de las cejas levantadas | – Cansancio mental y físico – Inquietud – Intensa sensación de vacío interior – Somatización |
Capturando | – Nos enfrentamos a un evento inesperado (negativo o positivo) | – Apertura facial (apertura amplia de ojos y boca) | – Aumento del pulso – Sobresalto – Estómago vacío |
Miedo _ | – Estamos ante un evento peligroso | – Rostro tenso – Ojos bien abiertos | – Hiperventilación – Aumento del pulso – Sensación de desmayo – Ataques de pánico |
Asco | – Entramos en contacto con cosas desagradables | – Cara arrugada | – Náuseas – Molestias abdominales |
Felicidad | – Tenemos eventos positivos – Alcanzamos los objetivos propuestos | – Rostro radiante – Ojos brillantes – Amplia sonrisa | – Agitación – Aumento de energía – Buena presión |
Tabla 1. Cuándo aparecen las emociones y cómo se manifiestan
La importancia de validar las emociones
Validar las emociones implica reconocer tanto tus propias emociones como las emociones de quienes te rodean. Validar las emociones es importante porque nos ayuda a comprender y explicar nuestras experiencias vividas y también nos ayuda a adaptarnos mejor al entorno en el que vivimos.
Por ejemplo, el miedo nos dice que estamos en peligro. Si tomamos conciencia de que lo que sentimos es miedo, podremos adaptarnos y gestionar mejor la situación de amenaza a la que nos enfrentamos.
Asimismo, el correcto reconocimiento de las emociones nos ayuda en la toma de decisiones. Si validamos nuestras emociones correctamente, las decisiones que tomemos serán satisfactorias y beneficiosas para nosotros.
Es importante validar las emociones de quienes nos rodean, cuando notamos que están pasando por algunos estados emocionales negativos.
Podemos validar las emociones de quienes nos rodean diciéndoles que entendemos lo que sienten, que las emociones que sienten son normales, que todos podemos sentirnos tristes o enojados, y especialmente que estamos ahí para ellos si necesitan desahogo emocional, o ayuda en el manejo de la situación que desencadenó la emoción.
¿Cómo reaccionamos ante las emociones negativas?
En general, la reacción a las emociones negativas se puede dividir en dos categorías: reacciones saludables y reacciones no saludables. En la siguiente tabla encontrará un desglose de estas dos categorías de reacciones.
emoción | La reacción nociva/dañina | La reacción saludable/beneficiosa |
ENOJO | Agresión, venganza, ataque a los que le rodean. | Imponer límites . Expresión asertiva de insatisfacción. |
Miedo | Pánico , desconfianza, hipervigilancia. | Conciencia del factor estresante. La atención se centró en encontrar soluciones para eliminar el evento amenazante. |
Tristeza | Depresión , retraimiento social, autolesiones. | Buscar apoyo de seres queridos o ayuda especializada. |
Lástima | Baja autoestima, ansiedad social, bullying. | Reflexionar sobre el hecho que produjo la vergüenza. Asumir la responsabilidad por la acción que causó la vergüenza. |
Asco | La ira, la crítica de los que le rodean. | Aceptación. Tolerancia. |
Tabla 2. Tipos de reacciones a las emociones
Manejo de emociones
Manejar las emociones es el acto de ser consciente y controlar cómo respondemos a los desencadenantes de las reacciones emocionales. Manejar las emociones nos ayuda a responder de manera saludable a los eventos que nos provocan reacciones negativas.
El primer paso para gestionar las emociones es identificar correctamente las emociones que sentimos. También es muy importante conocer el evento que propició la aparición de la emoción. Después de haber identificado correctamente la emoción sentida y encontrado una causa, podemos actuar para manejarla.
Para controlar la ira y el miedo , un método muy bueno es un ejercicio de respiración. Cuando sentimos que nuestros límites están siendo violados o que estamos en peligro, la agitación se apodera de nuestro cuerpo. En estas situaciones podemos centrarnos en la respiración y calmar nuestras sensaciones corporales. Una técnica sencilla consiste en contar hasta 5 mientras se inhala el aire, y luego se debe exhalar por una duración de 5 segundos. Centrarse en la respiración es muy importante.
Tras este ejercicio, que tiene el efecto de reducir la agitación a nivel del cuerpo, podemos analizar con detenimiento la situación a la que nos enfrentamos y poner límites o comunicar de forma asertiva aquello que nos provocó el enfado o tomar medidas frente al factor amenazante.
Para gestionar la tristeza, un método eficaz es hablar con una persona cercana sobre la situación que provoca esta emoción. Puedes salir a un ambiente donde te sientas seguro y te desahogues emocionalmente. Si sientes que tu tristeza está empeorando y te sientes abrumado, puedes buscar ayuda profesional. No hay vergüenza en buscar psicoterapia cuando su estado emocional interfiere con sus actividades diarias.
Trastornos de personalidad y emociones negativas.
En algunos trastornos de la personalidad, las emociones negativas están muy acentuadas y las personas con estas condiciones reaccionan de manera poco saludable a estos afectos.
En el trastorno límite de la personalidad , la emoción principal es la ira. Las personas con este trastorno son emocionalmente inestables y tienden a explotar por la más mínima cosa. Suelen tener ataques de ira, pudiendo volverse violentos con quienes los rodean o consigo mismos.
En el trastorno de personalidad antisocial , la emoción predominante es el desprecio. Carecen de empatía y tienden a ser duros, testarudos y llenos de desprecio por los sentimientos, necesidades y experiencias de quienes los rodean. El desprecio y la ira también aparecen en el trastorno narcisista . Tienden a ser manipuladores con las personas con las que entran en contacto para ganarse su admiración. Cuando no se satisface su necesidad de atención y control, pueden volverse enojados para ajustar las cosas a su favor.
Conclusión
- Cuando te enfrentes a emociones y estados afectivos difíciles, que sientas que no puedes manejar, acude a una persona cercana o a un psicoterapeuta. Todos pasamos momentos duros y difíciles, es importante saber que no estamos solos y pedir ayuda.
- Date tiempo para comprender la emoción con la que estás lidiando y no te culpes por las emociones negativas que sientes. Las emociones son innatas. Es absolutamente normal sentirlos. Lo importante es concentrarse en lo que esa emoción tiene para ofrecer y aprender a aceptarla.
- Puede probar algunos ejercicios de atención plena durante los períodos ocupados. Las técnicas de atención plena lo ayudan a reducir el estrés, calmarse y relajarse después de un día emotivo y le brindan un mejor sueño.