¿Sabes que el aburrimiento puede ser beneficioso?

¿Sabes que el aburrimiento puede ser beneficioso?

Dirías que el aburrimiento ya no es un tema de interés hoy en día, con todo el tumulto de actividades y tareas diarias en nuestras vidas. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado la frase «estoy aburrido»? Ya fuera hablado por nuestro hijo, pareja o amigo, incluso en situaciones en las que no estaban solos en la habitación o ya estaban enfrascados en una determinada actividad.

El aburrimiento se define como un “estado mental y emocional negativo, durante el cual el individuo siente la falta de deseo de acción, pero también la sensación subjetiva de que el paso del tiempo se presenta con dificultad; una de las causas del aburrimiento es la monotonía y el hecho de que la persona en cuestión no encuentre o no tenga la posibilidad de realizar una actividad en la que pueda involucrarse con una determinada motivación o pasión”. Leo Tolstoy definió el aburrimiento como «el deseo de tener deseos», mientras que Marie Josephine de Suin de Beausacq dijo del aburrimiento que en realidad es «miedo a uno mismo», y Blaise Pascal dijo en el libro Pensamientos que «toda nuestra vida transcurre así: buscamos el descanso luchando contra ciertos obstáculos, y tan pronto como los superamos, el descanso se vuelve intolerable por el aburrimiento que produce».

¿Qué puede haber realmente detrás del aburrimiento?

• La frustrante sensación de pasar el tiempo «en vano», sin haber hecho algo «debería», algo «útil», algo «importante». A veces, el aburrimiento puede ser un descanso de la activación constante, un descanso de la presión del «debería», una oportunidad para reequilibrar y recalibrar, un merecido descanso. Aprende a aprovechar estos momentos sin sentirte culpable por «perder el tiempo». A veces necesitamos reducir la velocidad y vivir el momento, sea lo que sea que traiga. ¡Cualquier momento que te haga prestar más atención a «tú» y a «tus experiencias» es valioso!

•  Enmascarar emociones que no queremos reconocer, por eso las convertimos en aburrimiento.  Quizás nos sentimos tristes por ciertos acontecimientos de nuestra vida, que nos han traído dolor, y, al no reconocerlos (tanto a nosotros mismos como a las personas cercanas a nosotros), los escondemos detrás del aburrimiento. Tal vez sentimos ansiedad ante la idea de que las vacaciones terminarán o ante la idea de que comenzaremos un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, y entonces optamos por permanecer en ese estado de inactividad, de aburrimiento, para alargar un poco más la comodidad. sentido hasta entonces, a que aún mantenemos el estado de latencia.

• Rutina y familiaridad con las tareas diarias, que terminan por no ser más desafiantes, ya que no requieren de nuestros recursos cognitivos y emocionales. Este fenómeno adaptativo en ocasiones puede traer cambios importantes en el estilo de vida de una persona (cambio de residencia o de trabajo) o incluso puede conducir a la identificación de un sustituto (algo para volver a dar intensidad a nuestra existencia: tiempo excesivo en plataformas de socialización, mayor consumo de alcohol o comida, etc.).

Cualesquiera que sean las causas, el aburrimiento es parte de nuestras vidas y todos pasamos por esos momentos de monotonía o «mente en blanco». Entonces es bueno hacernos algunas preguntas e indagar más profundamente en los siguientes aspectos: ¿Qué nos está pasando? ¿Estamos tratando de protegernos de algo? ¿Estamos tratando de huir de algo? Sin embargo, debemos tener mucho cuidado de no confundir el aburrimiento con la depresión. “La depresión incluye estados de tristeza y falta de interés en un gran número de actividades. En cambio, el aburrimiento se caracteriza por la falta de interés y puede existir independientemente de la tristeza. Si el aburrimiento se manifiesta durante mucho tiempo y se asocia a estados de tristeza y pensamientos negativos, los especialistas recomiendan consultar a un especialista en la materia (psicoterapeuta).

Sin embargo, estudios realizados a lo largo del tiempo afirman que “en el estado de aburrimiento, la creatividad puede manifestarse libremente” y que “el aburrimiento es una oportunidad para contemplar el mundo, impidiendo un paso apresurado por él”. Es importante darse cuenta de que el aburrimiento es un estado momentáneo, que puede tener diferentes valencias, dependiendo de la carga detrás de él. Muchas de las soluciones para salir del aburrimiento parten de la disciplina de hacer cosas que no te apetece hacer: ejercicio que implique esfuerzo físico (bailar, correr, etc.), actividades en grupo (salir con amigos, talleres), actividades solíamos disfrutar (escribir, leer, resolver rompecabezas, etc.). Si ninguna de estas opciones funciona, trata de identificar qué hay realmente detrás del aburrimiento.

¡No evites el aburrimiento! Puede aprender información valiosa sobre usted mismo.

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