
9 consejos para que los padres gestionen la separación con sus hijos
Gestionar la separación
La maraña de estados de ánimo que embarga a la pareja que se separa puede y debe ser controlada , porque sólo así será posible hacer comprender a los hijos que el vínculo con ellos sigue firmemente establecido y les ayudará a afrontar de manera positiva un acontecimiento. eso para ellos sigue siendo un drama, muchas veces incomprensible”.
9 consejos para gestionar la separación
El amor es la mejor arma para hacer que un divorcio «funcione».
- HABLE DE ELLO : Los niños no deben quedarse en la duda del silencio. Tienes que decirles a tus hijos lo que está pasando. Obviamente, las explicaciones deben ser lo más claras, sencillas, concretas y adecuadas a la edad de los niños como sea posible. Especialmente los más pequeños, no necesitan tener todos los detalles técnicos y legales sino estar tranquilos sobre las consecuencias prácticas que traerá la separación en su día a día. Dónde irán a vivir, cuánto tiempo pasarán con cada uno de sus padres, si tendrán su propia habitación en la nueva casa…
- REAsegure al niño: Los niños necesitan que se les asegure que lo que está sucediendo no es su culpa . No deben sentirse responsables de la decisión de los adultos. Y nuevamente, deben tener claro que mamá y papá los seguirán amando para siempre.
- NO DESTRUIR A LA PAREJA : Los niños deben sentirse libres para poder sentir el mismo amor por ambos padres. No debemos ponerlos en la lamentable situación de tener que «elegir» de qué lado tomar, de tener que decidir con quién -y contra quién…- tomar partido. Las palabras y las actitudes tienen mucho peso: frente a los propios hijos nunca se debe criticar al otro, juzgarlo de manera dura u ofensiva, y mucho menos hacer comentarios o alusiones a sus posibles aventuras extramatrimoniales.
- PREPARARSE PARA LAS REACCIONES DEL NIÑO – Cada niño reacciona a su manera ante la noticia de la separación de los padres, según la edad, el carácter y la personalidad. A la tristeza inicial, común a todos, puede seguir una gran ira o, por el contrario, una especie de apatía que no parece ocultar ninguna emoción. Todavía otros se convierten en niños «impecables» pensando que, de esa manera, de alguna manera podrán salvar la situación familiar. Sin embargo, independientemente de lo que sea, la reacción debe ser bienvenida, comprendida y consolada.
- ESTABLECE LÍMITES : Estar cerca de tus hijos no significa mimarlos ni darles nada porque te sientes responsable de lo que están sintiendo. Al principio, la culpa es casi inevitable. Sin embargo, no debería ser una excusa para no disciplinarlos correctamente. Los niños no deben sentirse «libres» para poder hacer lo que quieran: necesitan límites. Siempre.
- DETENGA LA IRA – Los padres no deben mostrar su ira y dolor de manera intensa y exagerada a los niños. Una separación inevitablemente trae consigo emociones muy intensas, muchas veces difíciles de controlar. Pero los niños no podrían entender por qué sus padres se comportan de esa manera. Y estarían muy asustados.
- REACCIONAR – Los padres no deben dejarse guiar por sus estados de ánimo, sino que deben anteponer siempre las necesidades y requerimientos de sus hijos. Tienes que reaccionar a la ira y las peleas. Y trata de ponerte en el lugar de los más pequeños, para tratar de entender lo que realmente sienten, incluso cuando no tienen el coraje de decirlo abiertamente.
- COOPERAR LO MÁS COMPLETAMENTE POSIBLE : los padres deben poder mantener una relación de cooperación entre ellos y respetarse mutuamente con el respeto que normalmente se le da a un socio comercial. Porque en efecto, son «socios» en el «negocio» de la paternidad. Y tendrán que seguir haciendo el “trabajo” fundamental de criar a sus hijos de la mejor manera.
- NO CORRA DEMASIADO – A veces, después de la separación, los padres reconstruyen una nueva vida amorosa, dan vida a una nueva familia. Estos pasos deben tomarse lentamente. Proceder con la calma adecuada es fundamental tanto para los padres -ciertamente muy vulnerables- como para sus hijos. Los niños necesitan tiempo para aceptar ver a mamá o papá con una nueva pareja a su lado. Y más aún para metabolizar la idea de que esa persona puede, tarde o temprano, asumir un papel de «paternidad».