¿Cómo ser más tolerante contigo mismo y con los que te rodean?

¿Cómo ser más tolerante contigo mismo y con los que te rodean?

Hace unos días fué el Día Internacional de la Tolerancia, una ocasión en la que nos centramos un poco en algunos métodos para hacernos más tolerantes con nosotros mismos y con los que nos rodean.

La tolerancia se aprende, no es un comienzo natural, sino una actitud correctiva que desarrollamos sabiamente, con tiempo y esfuerzo. La tolerancia es un ejercicio permanente de conciencia de las diferencias y control de los intentos de «corregir» a los demás, según las propias visiones.

La tolerancia aparece cuando en lugar de decir “creo que se debe hacer…”, dices “si te parece bien así, ¡te apoyo!”.

Tolerancia hacia los demás

¿Qué nos molesta?

A veces, el pequeño descuido o mal comportamiento de nuestra pareja/familiares/amigos puede hacernos perder el control. En otros momentos, las discusiones políticas antagónicas, incluso dentro de la familia, pueden encender los ánimos. Incluso las diferencias étnicas pueden convertirse en fuente de discordia.

Por regla general, las personas tratan de demostrar que tienen razón, pero tener razón no siempre significa que automáticamente serás (y) feliz, por lo tanto, sería bueno pensar detenidamente en tus prioridades.

La aceptación es la clave

La tolerancia se refiere a la aceptación de aquellos que son diferentes a ti, ya sea que hablemos de religión, edad, color de piel, la cultura de la que proviene la persona respectiva, visión política o simplemente opiniones divergentes.

Todos estos aspectos deben ser vistos con aceptación para mantener un estado de armonía con nosotros mismos y con quienes nos rodean. De lo contrario, corremos el riesgo de provocar verdaderos conflictos en los que malgastaremos nuestras energías, a veces sin mucho éxito.

¿Cómo ser más tolerante contigo mismo y con los que te rodean?

¿Cómo nos relacionamos con las cosas en nuestra vida?

Cuando aparece un elemento que nos inquieta, sería bueno tomar un respiro y analizarlo un poco:

  • ¿Este aspecto es importante para mí o puedo vivir sin cambiar esto?
  • ¿Qué impacto tiene esta diferencia/disonancia en mi vida? ¿Me pone en peligro de alguna manera? ¿Me trae un beneficio notable si cambio algo?
  • ¿Tiene sentido tratar de cambiar la opinión o el comportamiento de alguien?

Por ejemplo: si tengo una conversación con un anciano sobre el régimen comunista, que tiene una visión diferente a la mía, ¿tiene sentido entrar en una polémica? ¿O es «estamos de acuerdo en estar en desacuerdo» una opción más saludable en este caso?

Aceptar que somos diferentes, que cada persona tiene su “normalidad”, que el pasado personal puede influir en las decisiones y en la forma de reaccionar de los demás, que factores independientes a nosotros pueden intervenir en interacciones que pueden distorsionar los mensajes y bloquear la comunicación:

Por ejemplo: puedes llamar a un colega para pedirle que te ayude incluso después de que se enteró de una mala noticia, y en este caso una negativa por su parte podría sorprenderte. Una vez que entiendas el contexto, serás más tolerante en las decisiones y respuestas.

Entrena la tolerancia

Pero la aceptación no llega simplemente, es un ejercicio para ampliar la flexibilidad de la mente. Una especie de músculo que entrena. Hay que exponerse a muchas situaciones, cada vez más diversas, para volverse más tolerante.

A veces, algunas situaciones pueden parecer abominables formuladas de forma genérica, pero tratadas individualmente, se pueden ver matices personales.

Descubre las historias personales de las personas.

a. y f.

Por ejemplo, esto es lo que sucedió cuando A. se enteró de F., un amigo cercano y estudiante a quien había asesorado en un programa extracurricular, que una de las razones que había debilitado su confianza en sí mismo era el hecho de que era gay. . La confesión, el compartir los propios problemas, desde la revuelta hasta la aceptación de ser gay y la revelación , hicieron de A. una persona más empática y abierta hacia las personas LGBTQ a las que no conocía lo suficiente antes.

Por lo tanto, hay una razón detrás de algunas decisiones/situaciones. Apréndelo y te volverás más tolerante.

Ayudar a otros a resolver sus problemas

Si notas que un ser querido necesita ayuda , trata de ofrecerle apoyo, sin ser entrometido o demasiado brusco en tu acercamiento. Si acepta tu ayuda, ambos se sentirán mejor. Pero si no está listo para ofrecer una mano amiga, acéptalo sin resentimiento. Este es el primer paso hacia la tolerancia.

Sé abierto y comunica para ser más tolerante

En ocasiones, las relaciones con los compañeros de trabajo, especialmente cuando hablamos de diferentes generaciones, pueden volverse tensas, por lo que si te enfrentas a situaciones delicadas en el trabajo, trata de comprender:

  • ¿Cuál es todo el contexto en el que se encuentra su colega?
  • ¿Cuáles son los factores de estrés que actúan sobre él?
  • Cuáles son los valores con los que se relaciona y cómo encuentran una vía de comunicación entre ustedes, pues dependiendo de los valores personales primarios, las personas encuentran puentes de comunicación entre ellas.

Si, digamos, el principal valor que valora tu colega es el trabajo, y el tuyo la vida personal, es probable que aparezcan diferencias en situaciones en las que uno tiende a trabajar más y quedarse horas extras, y el otro prefiere irse. al programa y dedica su tiempo libre a su familia y a las actividades que lo hacen feliz, desconectarse de las tareas del trabajo en su tiempo libre pueden surgir discusiones e insatisfacción.

En este caso, debéis mostrar tolerancia el uno hacia el otro y encontrar el punto medio entre vosotros: ese equilibrio que asegura la comodidad tanto de un lado como del otro, y la comunicación abierta respecto a las expectativas de todos es la clave de la tolerancia y el entendimiento.

Tolerancia hacia uno mismo

A veces podemos ser tolerantes con quienes nos rodean, pero cuando se trata de nosotros mismos, podemos tener exigencias demasiado altas.

Por tanto, aceptar la propia persona, las pequeñas imperfecciones, los momentos de indulgencia, los hábitos, los placeres es la clave para una vida sana y armoniosa con los demás y, ante todo, con nosotros mismos.

Conclusión

Ser tolerante contigo mismo significa aceptar tus imperfecciones y errores, y aprender de ellos en lugar de criticarte o juzgarte. También significa ser amable contigo mismo y tratarte con respeto y compasión.

Ser tolerante con los demás implica reconocer que todos tenemos fortalezas y debilidades diferentes, y aprender a aceptar y respetar las diferencias. También significa ser capaz de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus perspectivas y experiencias.

Para ser más tolerante, es importante practicar la empatía y la compasión, y aprender a comunicarse de manera clara y efectiva. También es útil practicar la meditación y la atención plena para ayudar a desarrollar la paciencia y la calma en situaciones desafiantes.

Al ser más tolerante contigo mismo y con los demás, puedes cultivar relaciones más saludables y satisfactorias, y mejorar tu bienestar emocional y mental en general. Recuerda que la tolerancia es un proceso continuo y que requiere práctica y esfuerzo, pero con determinación y apoyo adecuado, cualquier persona puede mejorar su capacidad para ser más tolerante y compasivo.

Mi recomendación de lectura para entender cómo ser más tolerante contigo mismo

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