
¿Cómo superar el miedo a volar?
En los meses de verano, cuando tanta gente se va de vacaciones, bastantes tienen que afrontar un problema muy común; el miedo a volar.
El miedo a volar puede ser un gran revés en nuestro mundo moderno. Puede evitar que las personas se vayan de vacaciones que les gustaría tener y causar problemas en el trabajo cuando los viajes de trabajo están fuera de lugar. Las personas que tienen un miedo desesperado a volar pueden sentirse profundamente avergonzadas por su incapacidad para hacer frente a una actividad que resulta fácil para la mayoría. Pueden sentirse avergonzados de admitir sus sentimientos de miedo y ansiedad y sentirse tentados a inventar excusas sobre por qué no se sienten con ganas de subirse a un avión.
¿Por qué está tan extendido el miedo a volar?
Aunque volar es más seguro que nunca, siempre que hay un desastre aéreo, los canales de noticias y los periódicos se centran durante días en la trágica historia, mostrándonos interminablemente imágenes de familiares en duelo y piezas de aviones destrozados. Puede ser demasiado fácil imaginarse a uno mismo atrapado en el desastre, e igualmente fácil asumir que los accidentes aéreos son mucho más comunes de lo que realmente son, simplemente por la cobertura general que recibe cada incidente.
Al mismo tiempo, hay algo en volar alto en el aire que simplemente no «se siente» bien. Si bien viajar en automóvil es en realidad mucho más peligroso, sabemos que el vehículo siempre está en contacto con el suelo y podemos ver el horizonte, lo que hace que este medio de transporte se sienta más seguro, aunque no lo sea.
Afortunadamente, hay muchas formas de controlar el miedo a volar que pueden controlarlo. A corto plazo, un médico de cabecera o psiquiatra puede recetar una dosis limitada de un medicamento como Valium para ayudar con las emociones rebeldes. Sin embargo, para un enfoque a más largo plazo, técnicas como la meditación de atención plena o la terapia cognitiva pueden proporcionarnos las herramientas que necesitamos para manejar el miedo que se nos escapa de las manos y nos impide hacer las cosas que queremos o necesitamos, como tomar un vuelo. Para miedos como este, que pueden superarse y manejarse con el enfoque correcto, recurrir a medicamentos que alteran la mente nunca debe ser un enfoque a largo plazo del problema.
El primer paso para controlar el miedo a volar es admitir que es un problema y que queremos superarlo. Puede ser un gran alivio admitirlo, descubrir que hay muchas otras personas en el mismo barco y aprender que hay técnicas que realmente pueden marcar una gran diferencia. Con paciencia y la voluntad de superar el problema, uno puede tener miedo de volar bajo control.
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