
Cuando la pareja se separa: cómo seguir siendo padres competentes
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Muchas parejas en proceso de separación se preguntan por el daño que esta decisión podría causar en la vida de sus hijos.
Como es bien sabido, la separación es un evento complejo con implicaciones de diferente naturaleza. Como ha sido señalado por muchos estudios, la separación de los padres formaliza una situación de conflicto que muchas veces comenzó hace mucho tiempo, a veces años. Lo que afecta negativamente la vida de los niños no es tanto la separación en sí como el clima familiar hostil que a menudo precede y sigue a la decisión de separarse. Tratemos de analizar algunas dificultades a las que se enfrentan los padres separados y sus posibles soluciones.
Atención a las necesidades de los niños
Cuanto más pequeños son los niños, más deben hacer los padres para que no exista un contraste excesivo entre la representación interna (simbólica) que el niño tiene de su familia y cómo se expresa en la realidad cotidiana. Cuanto más pequeño es el niño, más necesita certeza y continuidad. Necesita que cada evento se refiera concretamente a una dimensión espacial y temporal bien conocida por él: la casa con su dormitorio, los juguetes, el ritual de la hora de acostarse, la presencia física y emocional de la madre y el padre que están ahí para él”. «.
Establecer límites
Los hijos de padres separados saben que pertenecen a una red familiar más amplia que también tiene indudables ventajas. Pero los niños no siempre saben qué esperar de otros adultos además de mamá y papá. Una tarea que deben enfrentar los padres separados es establecer límites claros que no significan, sin embargo, cierre y aislamiento. Establecer límites facilita la definición de roles y funciones y permite negociar estrategias de comportamiento más adecuadas a la pareja parental y al nivel particular de desarrollo del niño. Para aclarar este concepto, tomemos por ejemplo algunas situaciones típicas. A menudo, la nueva pareja de mamá o papá reemplaza al padre que no convive por completo y por completo. O los abuelos realizan las funciones de ambos padres cuidando al niño durante todo el día. En otros casos, adultos de la familia o incluso amigos de la pareja pasan a ocupar el espacio físico y simbólico que pertenece al otro progenitor con el consentimiento implícito de los propios progenitores o más frecuentemente con el consentimiento del progenitor soltero.
Esto no quiere decir que otros adultos significativos no puedan cuidar al niño, pero esto debe ocurrir con la delegación clara, explícita y compartida de ambos padres y posiblemente por un tiempo limitado. La vida del niño puede enriquecerse con la presencia de múltiples modelos educativos y estilos de vida, pero en la base de todo debe estar el compromiso de la pareja parental para construir relaciones claras y de respeto mutuo.
Promover la continuidad de la historia familiar
Las familias de origen deben resistir la tentación de alineaciones comprensibles para, en cambio, desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la continuidad de la historia familiar. En otras palabras, estamos hablando de la capacidad de transmitir el sentido de las raíces de una generación a la siguiente. Esto favorece en los hijos (nietos) la construcción de identidad y sentido de pertenencia.
Nuevas formas de vivir la paternidad
Cuando los padres separados reconstituyen una nueva unidad familiar, los hijos se encuentran viviendo relaciones objetivamente más complejas. La familia reconstituida requiere un mayor compromiso tanto de los hijos como de los padres. El supuesto vínculo de sangre, aunque muy relativo también a los tiempos de la familia tradicional, hoy parece tener una importancia relativa. Desde el punto de vista de los padres, la relación con los hijastros, que legalmente no son parientes ni parientes, descansa más bien en la voluntad de invertir energías cotidianas en la búsqueda de nuevas formas de vivir la paternidad que, aunque fatigosas, representan ciertamente un estímulo para la superación y el crecimiento personal y familiar.
Aprende a manejar el estrés
Los padres y madres deben estar dispuestos a cuestionarse y trabajar arduamente para establecer y desarrollar una relación afectiva válida con todos los miembros del sistema familiar, incluidas las familias de origen. Esto requiere el uso de buenas habilidades interpersonales y un adecuado manejo del estrés. A menudo, para afrontar estos importantes cambios se necesita la ayuda de un especialista que, con una intervención psicológica dirigida, pueda ayudar a superar estas dificultades puntuales y transitorias.
El objetivo de la intervención es ayudar a los padres a fortalecer sus habilidades de crianza y mantener el empoderamiento personal y familiar en un nivel adecuado. De hecho, incluso un evento que a menudo es tan dramático como la separación, si se enfrenta con conciencia, puede convertirse en un impulso para el crecimiento y el aprendizaje de nuevos comportamientos destinados a desarrollar relaciones que son ciertamente más significativas y gratificantes.