
¿Cuándo la pasión se convierte en adicción?
Índice
Las personas siempre han buscado diversas formas de desconectarse de su rutina diaria, relajarse o simplemente realizar actividades que disfrutan. Hoy en día, el concepto de hobby ha ganado un alcance cada vez mayor y ha ampliado mucho sus límites. Por definición, un hobby es cualquier tipo de actividad realizada durante el tiempo libre con fines recreativos.
Hoy en día, todos tenemos pasatiempos o pasiones. Son formas en las que encontramos fuerza, inspiración, creatividad o paz. Pero en los últimos tiempos parece que este concepto se ha expandido tanto que puede llegar al borde de la adicción, creando así una delgada línea entre la pasión y la adicción.
Tal vez te gusta jugar, viajar, practicar algún deporte, ver películas o series, estar al tanto de todo lo que sucede en línea, coleccionar cosas – todo esto te hace pensar más en la idea de un hobby, es decir, a algún recurrente actividades, parte de nuestra vida cotidiana. Pero, ¿qué sucede cuando comienzan a apoderarse cada vez más de tu vida?
La diferencia entre pasión y adicción.
La pasión nos remite a la idea de excitación, placer, libertad, creación. Es una elección que refleja una parte de ti. La pasión está en línea con tus valores personales, te desafía de manera positiva, te da la libertad de probar cosas nuevas sin miedo al fracaso, te ayuda a desarrollarte en múltiples niveles (personal, social, relacional), te mantiene motivado. En la pasión te encuentras, te expresas, te enriqueces desde muchos puntos de vista. La pasión se trata de aprender y experimentar.
La adicción, por otro lado, es lo opuesto a la pasión. Representa un comportamiento repetitivo y estricto al que no puedes resistirte. La adicción te roba la vitalidad, te consume por dentro, puede afectar tu salud, daña las relaciones con los que te rodean. En este caso ya no estamos hablando de elección, sino de esclavitud. La pasión se convierte en adicción cuando la persona pierde el control y no puede parar, a pesar de las consecuencias negativas tanto para sí mismo como para los que le rodean.

¿Cuándo llegamos al punto en que las cosas buenas hacen más daño?
Cuando conducen a la rigidez, la competencia exagerada, el alto consumo de recursos (tiempo, energía, dinero), hablamos más bien de una adicción. A menudo, estas actividades se disfrazan de dedicación, participación o generosidad.
Los buenos hábitos pueden volverse negativos cuando:
- no cumplirlos genera insatisfacción, ira, frustración u otras emociones negativas;
- el tiempo que se les asigna aumenta considerablemente e interfiere con otras actividades o responsabilidades;
- acabará poniéndonos en peligro desde el punto de vista físico o psíquico.
Algunos signos que sugieren una adicción en lugar de solo un pasatiempo:
Tu afición pone en riesgo tu bienestar
No tomas descansos, no escuchas a tu cuerpo y sacrificas tu salud de diversas formas, no estás presente en las actividades cotidianas, piensas mucho en tu «hobby» o tienes la sensación de que has Perdió la noción del tiempo mientras lo hacía.
Mientes a los demás sobre cómo pasas tu tiempo.
Si mientes a quienes te rodean acerca de cómo pasas tu tiempo, eso indica un problema. Por ejemplo, si engañas a tus allegados sobre cuánto gastas en varias cosas o les dices que trabajas cuando en realidad juegas videojuegos todo el día, eso genera un signo de interrogación.
Una gran diferencia entre la pasión y la adicción es que esta última se produce tanto en el tiempo libre como en el tiempo que debería dedicarse a otras actividades.
Reaccionas con más fuerza a tu afición que otras personas.
Te tomas las cosas como algo personal, cuestionas tus capacidades o habilidades, criticas a otras personas por la forma en que realizan la actividad, te sientes invalidado, siempre estás en competencia con los demás y reaccionas de manera agresiva.
Los pasatiempos deben agregar relajación y alegría a su vida, no crear estrés cuando pierde o tiene que jubilarse.
Personas importantes en su vida han expresado su preocupación.
Si un puñado de personas no entiende tu pasatiempo, está bien. Pero si familiares o amigos han expresado preocupaciones más serias, diciéndole que piensan que su pasatiempo es peligroso o que les preocupa, podría ser el momento de preguntarse qué está pasando realmente.
Ahora queda más claro que el que juega durante horas para evitar el contacto con su familia, el que constantemente tiene la necesidad de demostrar que es “el mejor”, el que oculta las cantidades de dinero que gasta en diversas aficiones , el que hace deporte hasta la extenuación, el que pierde noches enteras viendo series de televisión – no es un apasionado, sino un adicto.
Y lo que es más, siempre duele.
Conclusión
Como psicólogo, puedo decir que la pasión por una actividad o interés es una fuerza motivadora que puede impulsarnos a alcanzar grandes logros y metas en nuestra vida. Sin embargo, cuando esa pasión se convierte en una adicción, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud física y mental, nuestras relaciones interpersonales y nuestra vida en general.
Es importante reconocer los signos de que nuestra pasión se ha convertido en una adicción. Estos pueden incluir el aumento de la frecuencia y duración de la actividad, la incapacidad para dejar de hacerlo o reducir su intensidad, la disminución del interés en otras actividades y la interferencia en nuestras relaciones interpersonales y obligaciones cotidianas.
Cuando se identifican estos signos, es importante buscar ayuda profesional para manejar la adicción. La terapia cognitivo-conductual puede ser efectiva para ayudar a las personas a cambiar sus patrones de pensamiento y comportamiento y controlar la adicción. También pueden ser útiles las terapias de grupo y la participación en comunidades de apoyo.
En conclusión, la pasión por una actividad puede ser una fuente positiva de motivación y logros. Sin embargo, cuando esa pasión se convierte en una adicción, es importante buscar ayuda profesional para manejarla y recuperar el control sobre nuestra vida. La terapia cognitivo-conductual, la terapia de grupo y la participación en comunidades de apoyo pueden ser herramientas efectivas para superar la adicción y mejorar nuestra calidad de vida.