
Cuando suficiente no es suficiente
Índice
- 1 ¿Por qué a veces suficiente no es suficiente?
- 2 El papel de las expectativas
- 3 La comparación con los demás
- 4 ¿Qué puedes hacer al respecto?
- 4.1 Practicar la gratitud
- 4.2 Establecer metas realistas
- 4.3 Practicar la autocompasión
- 4.4 La realidad es que una mente codiciosa, en una búsqueda incesante de más, nunca puede estar satisfecha. El resultado de esta caza de ilusiones es, casi invariablemente, una serie de acciones malsanas acompañadas de mucha decepción.
- 4.5 El impulso de obtener más y más también tiene un lado oscuro
- 4.6 ¿Cómo sé cuándo es suficiente?
- 4.7 ¿Quiero o necesito?
- 4.8 ¿Qué es lo que realmente me alimenta?
- 4.9 ¡»Cultívala lo suficiente»!
- 5 Conclusión
¡Cuando suficiente no es suficiente! ¿Alguna vez te has sentido así? ¿Has trabajado duro para alcanzar una meta, solo para descubrir que no te sientes satisfecho con los resultados? Es posible que hayas alcanzado el éxito en términos objetivos, pero hay algo dentro de ti que todavía anhela más. Este sentimiento es común, y puede ser frustrante. En este artículo, exploraremos por qué a veces suficiente no es suficiente, y qué puedes hacer al respecto.
¿Por qué a veces suficiente no es suficiente?
La búsqueda constante de la felicidad
Como seres humanos, estamos constantemente buscando la felicidad. Queremos sentirnos bien, estar satisfechos con nuestras vidas y tener un sentido de propósito y significado. Sin embargo, la felicidad es un concepto subjetivo y en constante evolución. Lo que nos hace felices hoy puede no ser lo mismo que nos haga feliz mañana. Por lo tanto, es fácil caer en la trampa de creer que alcanzar ciertos objetivos, como conseguir un trabajo bien remunerado o comprar una casa grande, nos traerá la felicidad eterna. Pero la verdad es que la felicidad no es algo que se pueda alcanzar simplemente a través de logros externos.
El papel de las expectativas
Otra razón por la cual suficiente a veces no es suficiente tiene que ver con nuestras expectativas. Es fácil establecer metas y expectativas poco realistas para nosotros mismos, basándonos en lo que otros han logrado o en lo que creemos que deberíamos hacer. Pero cuando logramos estas metas y expectativas, nos damos cuenta de que todavía no estamos satisfechos. Esto se debe a que nuestras expectativas eran demasiado altas y no tenían en cuenta nuestras necesidades y deseos individuales.

La comparación con los demás
También podemos sentir que suficiente no es suficiente cuando nos comparamos con los demás. Con las redes sociales y la cultura de la comparación constante, es fácil sentirse inadecuado o como si nunca estuviéramos haciendo lo suficiente. Sin embargo, la verdad es que cada persona tiene su propio camino y su propio ritmo. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, y es importante recordar que no somos inferiores o menos exitosos solo porque estamos en un camino diferente al de otra persona.
¿Qué puedes hacer al respecto?
Practicar la gratitud
Una forma de encontrar satisfacción en lo que tienes es practicar la gratitud. En lugar de enfocarse en lo que falta o lo que no tienes, haz una lista de las cosas por las que estás agradecido. Esto puede incluir cosas tan simples como tener un hogar cálido y seguro, una familia amorosa o la oportunidad de hacer lo que amas todos los días. Al enfocarte en lo que tienes en lugar de lo que te falta, puedes cambiar tu perspectiva y encontrar más satisfacción en tu vida actual.
Establecer metas realistas
Otra forma de encontrar satisfacción es estableciendo metas realistas para ti mismo. En lugar de establecer metas basadas en lo que crees que deberías hacer o en lo que otros han logrado, pregúntate qué es realmente importante para ti y establece metas que te lleven hacia eso. Tómate el tiempo para considerar tus valores, intereses y necesidades individuales, y crea un plan de acción realista que te permita trabajar hacia esas metas de manera sostenible y significativa.
Practicar la autocompasión
También es importante practicar la autocompasión. Todos cometemos errores y nos enfrentamos a desafíos en la vida, y es fácil ser duro con nosotros mismos cuando no cumplimos con nuestras propias expectativas. Sin embargo, la autocompasión implica tratarnos a nosotros mismos con la misma amabilidad, preocupación y respeto que le daríamos a un buen amigo. Esto puede incluir aceptar nuestras limitaciones, perdonarnos por los errores pasados y presentes, y ser pacientes y comprensivos con nosotros mismos mientras trabajamos hacia nuestras metas y sueños.
¿Alguna vez ha querido algo tan desesperadamente que hubiera hecho cualquier cosa para conseguirlo, trabajado más duro o ahorrado durante un período de tiempo más largo; ¿Quizás incluso le pediste a un santo que te concediera tu deseo? Independientemente de si era un chocolate fino o una experiencia original, una vez disfrutado, comenzabas una nueva maratón de deseos.
Nuestra mente anhela constantemente algo mejor, más, algo diferente. Puede tratarse de una nueva experiencia, una nueva sensación o tal vez incluso de algo que una vez adquirido, pensamos, podría traernos felicidad o más placer.
La sociedad en la que vivimos nos alienta, y nos condiciona, a buscar satisfacción, alegría, felicidad fuera, fuera de nosotros mismos. La idea de que este momento no está bien tal como es nos empuja al consumo excesivo. Nos hace desear más, codiciar lo que aún no tenemos. Nos alimentamos y alimentamos persistentemente pensamientos codiciosos apoyados en la ilusión de que alcanzaremos la felicidad última, una especie de Nirvana que nos espera al final de nuestro camino.
La realidad es que una mente codiciosa, en una búsqueda incesante de más, nunca puede estar satisfecha. El resultado de esta caza de ilusiones es, casi invariablemente, una serie de acciones malsanas acompañadas de mucha decepción.
Sin embargo, hay algunas formas en las que puedes decir ALTO a esta espiral que te aleja de tu sistema de valores, de lo que es realmente importante para ti.
El primer paso consiste en tomar conciencia del deseo que te rodea. Presta atención a la imagen que se forma en tu mente. Manténgase en contacto con lo que siente y observe lo que está sucediendo en su cuerpo. Imagina que casi consigues lo que quieres… permítete sentir esa tensión. Sea curioso acerca de cómo expresar su deseo.
Una vez que tu deseo esté presente en tu mente, déjalo ir. La admiro por lo que es, sin ánimo de poseerla.
Luego concéntrese en algo que ya posee. Date la oportunidad de apreciar esa cosa o experiencia. Podría ser tu salud, las personas que te rodean, etc. Sólo observe su estado. ¿Cómo te hace sentir la idea de tener todo lo necesario para estar satisfecho? ¿Que lo que tienes actualmente es suficiente? Luego dígase esto a sí mismo: «Tengo todo lo que necesito en este momento».
El impulso de obtener más y más también tiene un lado oscuro
Probablemente te estés preguntando mientras lees si deberíamos eliminar cualquier deseo que pueda traernos un ápice de satisfacción o contentamiento. La respuesta es categóricamente, no. Esforzarse por ser mejores que ayer no carece de valor, al contrario, nos permite desarrollarnos. Pero el impulso por lograr más y más tiene un lado oscuro: cuando nos distrae esa parte de nosotros que quiere sentirse mejor de lo que nos sentimos ahora, lo que realmente sucede es que dejamos de asignar recursos para satisfacer nuestras necesidades más profundas. Hay una diferencia – sutil, por cierto – entre el deseo y la «lujuria». Se trata de la diferencia entre la codicia y la generosidad. Solo podemos ser generosos cuando sabemos que tenemos y somos suficientes.
¿Cómo sé cuándo es suficiente?
¡Observando! Por ejemplo, cuando tenemos hambre, nuestro cuerpo nos envía algunas señales. Pero cuando nos apetece, ¿experimentamos las mismas sensaciones?
¿Quiero o necesito?
Cuando la sed de más se apodera de mí es recomendable dialogar conmigo mismo. «¿Necesitas esa cosa?», «¿Alguna vez usarás esa cosa?», «¿Todavía tienes esos artículos?»
¿Qué es lo que realmente me alimenta?
Haga una breve incursión en su mente, alma y cuerpo. ¿Qué los alimenta realmente? ¿Cuáles son esos pensamientos que alimentan tu mente? ¿Qué pasa con el corazón? ¿Qué trae satisfacción a tu cuerpo? ¿Disfrutando de la comida o algo más?
¡»Cultívala lo suficiente»!
Ya no es noticia que nuestros cerebros sean de plástico. Es decir, se puede entrenar. Por lo tanto, convierta el pensamiento «Tengo todo lo que necesito en este momento» en una práctica diaria.
Por lo tanto, al volvernos menos reactivos a nuestros deseos y más conscientes de los trucos que a veces juegan, podemos aprender gradualmente a disfrutar de lo que tenemos.
Conclusión
En resumen, la sensación de que suficiente no es suficiente es común en la vida humana. A menudo estamos buscando la felicidad, estableciendo expectativas poco realistas y comparándonos con los demás. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para encontrar más satisfacción en nuestras vidas actuales. Practicar la gratitud, establecer metas realistas y practicar la autocompasión son formas efectivas de encontrar más satisfacción y alegría en nuestras vidas. Recuerda que la felicidad no es algo que se pueda alcanzar simplemente a través de logros externos. En cambio, la verdadera felicidad y satisfacción provienen de vivir una vida auténtica, significativa y llena de propósito.