El estrés puede ser nuestro amigo

El estrés puede ser nuestro amigo

Si tuviéramos un barómetro y observáramos que nuestros niveles de estrés autoinformados aumentan con cada año que pasa, estaríamos asustados. El estrés está cada vez más presente en nuestras vidas. Cada vez leemos más a menudo en los medios de comunicación sobre los efectos negativos del estrés en la salud física y mental. Somos una generación afectada cada vez más por enfermedades cardiovasculares, condiciones asociadas a una disminución del sistema inmunológico o desequilibrio hormonal, ansiedad, depresión e incluso burnout. Cada vez escuchamos a más médicos recomendar cambios en el estilo de vida para reducir los niveles de estrés. ¿Qué es estrés? ¿El estrés también puede tener efectos positivos en nosotros? ¿El estrés en sí mismo nos enferma, o es en realidad nuestra percepción del estrés lo que afecta nuestra salud? Quiero responder a estas preguntas a continuación.

En psicología, tenemos dos palabras que definen estrés, angustia y eustrés. La angustia se refiere a lo que llamamos en el lenguaje de hoy, estrés. El eustrés, por su parte, hace referencia a un estrés que nos ayuda a afrontar retos, a ser más productivos y creativos. La angustia tiene efectos negativos sobre nuestra salud, mientras que el eustrés puede tener efectos beneficiosos.

¿Qué es estrés?

Desde 1965, Hans Selye define el estrés como la respuesta no específica del cuerpo a la demanda de cambio. Tomemos, por ejemplo, la inestabilidad laboral. Esta es una situación que puede ser estresante para algunas personas. La situación se vuelve estresante cuando creemos que no tenemos los recursos necesarios para hacerle frente. Para una persona que tiene confianza en sí misma y sabe que no tendrá dificultad para encontrar otro trabajo, la inestabilidad laboral no es una situación estresante. Para otra persona que desconfía de sus capacidades profesionales y cree que le será difícil encontrar otro trabajo, esta situación es estresante. Podemos ver que la situación en sí no es un factor estresante,

¿El estrés también puede tener efectos positivos en nosotros?

Cuando tenemos un plazo, logramos movilizarnos. El estrés nos ayuda a ser mucho más eficientes y productivos. Probablemente más de una vez has sentido que puedes concentrarte mejor, estás más atento, trabajas mejor y con más pasión cuando se acerca la fecha límite de un proyecto. El propio estrés nos ayuda a movilizarnos, a afrontar los retos y posibles amenazas.

Hans Selye, endocrinólogo de origen húngaro, fue el primero en distinguir entre distrés y eustrés. Según él, el eustrés puede tener efectos beneficiosos a nivel mental y físico. A diferencia de la angustia, que puede estar presente durante períodos cortos o largos, el eustrés es de corta duración. El eustrés energiza y motiva mientras que la angustia nos hace sentir miedo o ansiedad. Otra diferencia fundamental entre el eustrés y el distrés es que el eustrés se asocia con la creencia de que tenemos los recursos para hacer frente a la situación, mientras que el distrés se asocia con la creencia de que las demandas de la situación superan nuestros recursos personales. El eustrés nos ayuda a concentrarnos y realizar, mientras que la angustia nos hace evitar una tarea y conduce a una disminución de la capacidad de concentración y rendimiento.

¿Cuáles son los síntomas de estrés?

El estrés puede manifestarse de diferentes maneras en el cuerpo y en la mente. Los síntomas de estrés pueden variar según la persona y la situación, pero algunos de los síntomas más comunes son:

  1. Dolores de cabeza: El estrés puede causar dolores de cabeza frecuentes, tensionales o migrañas.
  2. Fatiga: El estrés crónico puede provocar fatiga y agotamiento constante.
  3. Cambios en el apetito: El estrés puede aumentar o disminuir el apetito, y puede provocar antojos de alimentos poco saludables.
  4. Problemas digestivos: El estrés puede causar problemas digestivos como diarrea, estreñimiento, dolor abdominal o acidez estomacal.
  5. Dificultades para dormir: El estrés puede afectar el sueño y causar insomnio o despertares frecuentes durante la noche.
  6. Cambios en el estado de ánimo: El estrés puede provocar cambios en el estado de ánimo, como ansiedad, irritabilidad, tristeza o depresión.
  7. Tensión muscular: El estrés puede causar tensión muscular y dolor en el cuello, los hombros o la espalda.
  8. Problemas de memoria y concentración: El estrés puede afectar la memoria, la atención y la capacidad para concentrarse.
  9. Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial: El estrés puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que puede aumentar el riesgo de problemas cardíacos a largo plazo.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por otras condiciones de salud, por lo que es importante consultar a un médico si se experimentan estos síntomas de manera persistente. Si experimentas síntomas de estrés, es importante buscar formas efectivas de reducir el estrés en tu vida.

Factores que causan estrés

El estrés puede ser causado por diferentes factores, y lo que puede causar estrés en una persona, puede no serlo en otra. Algunos de los factores más comunes que pueden causar estrés son:

  1. Problemas de salud: enfermedades crónicas o agudas, lesiones, discapacidades, dolencias físicas o mentales.
  2. Problemas financieros: problemas de dinero, como deudas, no poder pagar facturas, falta de empleo, etc.
  3. Cambios importantes en la vida: como mudarse de casa, divorcio, cambio de trabajo, tener un bebé, cuidar de un ser querido, etc.
  4. Presión en el trabajo o en la escuela: como cumplir con plazos, trabajar bajo presión, competencia, exámenes, etc.
  5. Problemas personales: como problemas de relación, problemas familiares, problemas de comunicación, etc.
  6. Cambios en el estilo de vida: como hacer dieta, dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, etc.
  7. Eventos traumáticos: como la pérdida de un ser querido, un accidente, una enfermedad grave, un desastre natural, etc.
  8. Falta de tiempo libre: falta de tiempo para relajarse, hacer ejercicio, tener pasatiempos, etc.

Es importante tener en cuenta que el estrés puede ser causado por cualquier cosa que cause una reacción emocional fuerte en una persona. La forma en que cada persona reacciona al estrés también puede ser diferente. Lo que puede ser estresante para una persona puede no serlo para otra. Por lo tanto, es importante identificar los factores que causan estrés para ti y trabajar para manejarlos de manera efectiva.

¿Qué hacer para aliviar el estrés?

Existen varias formas efectivas para aliviar el estrés. A continuación, te presento algunas de ellas:

  1. Ejercicio: Hacer ejercicio físico regularmente puede ayudar a reducir el estrés, ya que aumenta la producción de endorfinas, que son sustancias químicas en el cerebro que producen una sensación de bienestar y felicidad.
  2. Respiración profunda y meditación: La respiración profunda y la meditación pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, ya que ayudan a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
  3. Hacer una actividad relajante: Realizar actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño, escuchar música, dibujar, pintar, etc., puede ayudar a calmar la mente y reducir el estrés.
  4. Hablar con alguien: Hablar con alguien de confianza sobre tus preocupaciones puede ayudar a reducir el estrés y a sentirte menos abrumado.
  5. Establecer límites: Establecer límites en cuanto a la cantidad de trabajo que se realiza, las expectativas que se tienen y las tareas que se deben realizar puede ayudar a reducir el estrés.
  6. Reducir la cafeína y el alcohol: El exceso de cafeína y alcohol puede aumentar el estrés y la ansiedad, por lo que es importante reducir su consumo.
  7. Dormir lo suficiente: Dormir lo suficiente y tener un horario regular de sueño puede ayudar a reducir el estrés.
  8. Priorizar las actividades: Identificar las tareas más importantes y realizarlas primero puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.
  9. Buscar ayuda profesional: Si el estrés es intenso o persistente, buscar ayuda profesional como un psicólogo o un terapeuta puede ser beneficioso.

Recuerda que cada persona es diferente y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Por lo tanto, es importante identificar lo que funciona mejor para ti y hacerlo parte de tu rutina diaria para reducir el estrés y mejorar tu bienestar emocional.

¿Es el estrés en sí mismo malo para nosotros?

Cuando ocurre un evento estresante, el sistema nervioso autónomo se activa. Las partes del sistema nervioso autónomo son el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Cuando nos enfrentamos a una situación estresante, se activa la parte del sistema autónomo encargada de movilizarnos (el sistema nervioso simpático). El aumento de la secreción de cortisol y norepinefrina conduce a un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que nos ayuda a concentrarnos mejor en las cosas que debemos hacer. El sistema parasimpático, que favorece la regeneración del organismo tras el estrés, se encuentra desbordado en este momento. Los períodos prolongados de estrés sobrecargan el sistema parasimpático, lo que dificulta que el cuerpo se reequilibre y funcione en parámetros óptimos. Sin embargo, breves períodos de estrés

El estrés en sí mismo no es un enemigo. Sin embargo, la duración del evento estresante y la forma en que evaluamos la situación son factores críticos. No importa cuán mundano o desafiante sea un evento, si pensamos que no podemos enfrentarlo, afectará nuestra salud física y mental. Cambiar la forma de ver una situación, así como aumentar la autoestima y la autoeficacia, son elementos que nos ayudan a relacionarnos de manera diferente ante un evento estresante. Podemos ver un evento estresante como un desafío y una oportunidad para superar nuestros propios límites, no como una amenaza.

¡Nuestra percepción es importante! Esto también lo demuestra la investigación, que muestra que nuestra percepción de la medida en que el estrés afecta nuestra salud predice el grado en que el cuerpo se ve afectado por el estrés. Una serie de investigadores de la Universidad de Wisconsin, Madison, publicaron en 2012 un estudio que revolucionó la forma en que nos relacionamos con el estrés. El estudio se realizó en una muestra de aproximadamente 186 millones de personas de los Estados Unidos de América. Las personas que dijeron que tenían altos niveles de estrés y creían que el estrés estaba afectando su salud posteriormente tenían un riesgo 43% mayor de morir prematuramente.

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