Lo que NO es la autocompasión

Lo que NO es la autocompasión

La mayoría de las personas no tienen ningún problema en ver la compasión como una cualidad encomiable. La compasión implica una amalgama de características que sin duda son beneficiosas: mansedumbre, bondad, ternura, benevolencia, comprensión, empatía, simpatía, así como un impulso de ayudar a otros seres vivos, humanos o animales, en apuros o peligros.

Pero cuando se trata de la autocompasión, ya no estamos tan seguros de que sea una cualidad. Para muchos, está teñido de connotaciones negativas: autocompasión, autocomplacencia, egocentrismo o simplemente egoísmo. ¡Te invito a desmantelar estos mitos!  

La autocompasión es un término que ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente en la psicología y la autoayuda. Es un concepto que se refiere a la capacidad de tratarnos a nosotros mismos con amabilidad, comprensión y cuidado en momentos de dolor, fracaso o dificultad. Sin embargo, también es importante entender lo que NO es la autocompasión, para no confundirla con actitudes o comportamientos que pueden ser contraproducentes para nuestro bienestar.

La autocompasión NO es autopiedad

Una de las confusiones más comunes es confundir la autocompasión con la autopiedad. La autopiedad se refiere a sentir lástima de uno mismo, a victimizarse o a creer que somos impotentes ante las circunstancias. Es una actitud negativa que nos hace sentir peor en lugar de mejor. En cambio, la autocompasión implica reconocer el dolor y el sufrimiento, pero sin quedarnos atrapados en ellos. Es una actitud activa que nos permite buscar formas de cuidarnos y de sentirnos mejor.

La autocompasión NO es autoindulgencia

Otra confusión común es pensar que la autocompasión es sinónimo de auto indulgencia. La autoindulgencia implica consentirnos en exceso, hacer lo que queremos sin tener en cuenta las consecuencias, o justificar comportamientos poco saludables. En cambio, la autocompasión implica tomar decisiones conscientes y responsables sobre cómo cuidarnos y qué necesitamos en momentos de dificultad. No se trata de abandonarnos a nosotros mismos, sino de tratarnos con amabilidad y respeto.

Lo que NO es la autocompasión

La autocompasión NO es autoexigencia

Por último, es importante destacar que la autocompasión no significa dejar de lado la responsabilidad y la exigencia hacia nosotros mismos. La autoexigencia es una actitud perfeccionista y rígida que nos hace sentir constantemente insatisfechos con nosotros mismos y nos lleva a criticarnos y juzgarnos duramente. En cambio, la autocompasión implica ser compasivos y amables con nosotros mismos, incluso cuando no cumplimos con nuestras expectativas o cuando cometemos errores. No se trata de renunciar a nuestros objetivos, sino de abordarlos desde un lugar de amor propio y respeto hacia nosotros mismos.

La autocompasión NO es autocompasión.

En realidad, la autocompasión es un antídoto contra la autocompasión y la tendencia a quejarse de lo mal que están las cosas o de la mala suerte que se tiene.

La autocompasión nos hace más dispuestos a aceptar, experimentar y reconocer las emociones difíciles  , lo que, paradójicamente, nos ayuda a procesarlas y afrontarlas más fácilmente. Las investigaciones muestran que las personas que practican la autocompasión tienen menos probabilidades de dejarse llevar por pensamientos de lo mal que les están pasando las cosas. Esta es una de las razones por las que las personas que practican la autocompasión tienen una mejor salud mental. Raes (2010) encontró que los participantes con niveles más altos de autocompasión tendían a preocuparse y quejarse menos de sus problemas y, por lo tanto, explicaban por qué reportaban menos síntomas de ansiedad y depresión en comparación con aquellos que no practicaban la autocompasión.

Cuando las personas sienten autocompasión, se sumergen en su propio problema y olvidan que otros tienen problemas similares. Ignoran sus interconexiones con los demás y sienten que son los únicos en el mundo que sufren. La autocompasión tiende a acentuar los sentimientos egocéntricos de separación de los demás y exagerar el grado de sufrimiento personal. La autocompasión, por otro lado, te permite ver la similitud entre tus experiencias y las de otras personas, sin estos sentimientos de aislamiento y desconexión . Asimismo, los individuos que lloran por lástima quedan atrapados en su propio drama emocional. No pueden distanciarse de su situación y adoptar una perspectiva más equilibrada u objetiva. A diferencia de,al practicar la autocompasión, nos damos el espacio mental para reconocer el contexto humano más amplio de la experiencia y poner las cosas en una perspectiva más amplia.

La autocompasión NO es autocomplacencia.

Muchas personas dicen que son renuentes a practicar la autocompasión porque temen volverse demasiado permisivos, decepcionarse y no alcanzar su potencial. “Estoy estresado hoy, he estado enfermo, así que para ser amable conmigo mismo voy a ver telenovelas todo el día, comer helado y bocadillos y no hacer nada productivo”. Sin embargo, esto es indulgencia, no autocompasión. Recuerda que tener autocompasión significa que quieres ser feliz y saludable a largo plazo.. En muchos casos, el simple hecho de entregarse a un placer/antojo momentáneo puede ser perjudicial para el bienestar a largo plazo (como el uso de drogas, los atracones, ponerse en cuclillas), la salud y la felicidad duradera a menudo implica algo desagradable (como dejar de fumar, perder peso, ejercicio). Las personas suelen ser muy duras consigo mismas cuando notan algo que quieren cambiar, porque creen que pueden obligarse a tomar una posición y estarán más motivadas si se critican en exceso. Este enfoque a menudo resulta contraproducente, especialmente si no puedes enfrentar la verdad dura sobre ti mismo porque tienes miedo de odiarte después. Por el contrario, estudios (Breines & Chen, 2012; Leary, Tate, Adams, Allen & Hancock, 2007) muestran que la autocompasión brinda una poderosa fuerza motivadora para el crecimiento y el cambio, al mismo tiempo que brinda la seguridad necesaria para verse a sí mismo con claridad, sin temor a la autocondenación y la no aceptación de quién es usted .

Hay muchas investigaciones que muestran que relacionarnos con nosotros mismos de una manera amable y amistosa es esencial para la salud emocional. La autocompasión no solo nos ayuda a evitar las consecuencias inevitables de las críticas dolorosas, los desprecios, la depresión, la ansiedad y el estrés, sino que también nos lleva a un enfoque más feliz y esperanzador de la vida.

¿Cómo podemos cultivar la autocompasión?

Cultivar la autocompasión implica un proceso de aprendizaje y práctica, que puede llevar tiempo y esfuerzo. Aquí te ofrecemos algunas sugerencias para comenzar:

  • Practica la atención plena: la atención plena es una herramienta que nos permite estar presentes y conscientes de nuestro momento a momento, sin juzgar o criticar. Esto nos ayuda a ser más compasivos con nosotros mismos y a estar menos atrapados en pensamientos negativos.
  • Aprende a hablar contigo mismo como hablarías con un amigo: a menudo somos muy duros y críticos con nosotros mismos, pero no lo seríamos tanto con un amigo que estuviera pasando por una situación difícil. Trata de hablar contigo mismo con amabilidad y comprensión, como si estuvieras hablando con alguien a quien quieres y respetas.
  • Reconoce tus emociones y necesidades: a menudo tendemos a ignorar nuestras emociones o a minimizarlas, pero esto no ayuda a resolver el problema. En lugar de eso, trata de reconocer tus emociones y necesidades y aceptarlas sin juzgarlas. Esto te permitirá tomar decisiones conscientes y responsables sobre cómo cuidarte a ti mismo.
  • Busca apoyo: la autocompasión no significa que tengamos que enfrentar todo solos. Busca apoyo en amigos, familiares o profesionales de la salud mental. Pedir ayuda es una muestra de fuerza y no de debilidad.

FAQs

  1. ¿Es la autocompasión lo mismo que el narcisismo? No, la autocompasión y el narcisismo son actitudes opuestas. El narcisismo implica un excesivo amor propio y una falta de empatía hacia los demás, mientras que la autocompasión implica tratar a uno mismo con amabilidad y compasión, y también a los demás.
  2. ¿Es la autocompasión una forma de justificar la falta de esfuerzo? No, la autocompasión no es una forma de justificar la falta de esfuerzo. Por el contrario, implica reconocer el dolor y la dificultad, pero también tomar decisiones conscientes y responsables sobre cómo cuidarse a sí mismo y seguir adelante.
  3. ¿Es la autocompasión una forma de evasión o de escapismo? No, la autocompasión no es una forma de evasión o de escapismo. Implica enfrentar y reconocer el dolor y la dificultad, pero desde una actitud compasiva y amable hacia uno mismo. Esto nos ayuda a enfrentar las situaciones difíciles de manera más efectiva y saludable.

Conclusión

La autocompasión es una herramienta valiosa para nuestro bienestar emocional y mental, pero es importante entender lo que NO es la autocompasión para no caer en actitudes contraproducentes. La autocompasión no es autopiedad, autoindulgencia ni autoexigencia, sino una actitud compasiva y amable hacia uno mismo, que implica reconocer el dolor y la dificultad, pero también tomar decisiones conscientes y responsables sobre cómo cuidarnos y seguir adelante. Cultivar la autocompasión implica un proceso de aprendizaje y práctica, pero puede tener un impacto positivo significativo en nuestra vida.

Mi recomendación de lectura para entender la autocompasión

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *