Cómo prevenir la anorexia y la bulimia

Cómo prevenir la anorexia y la bulimia

La imagen que tenemos de nosotros mismos, de nuestro propio cuerpo, está profundamente influenciada por los mensajes que nos dicen cómo debemos ser. La comparación con los modelos en los medios y la elevación del aspecto físico al nivel de valor puede conducir al desarrollo de problemas emocionales o trastornos alimentarios.
Dos aspectos me pusieron a pensar y me hicieron acercarme a este tema.

El primero fue un artículo sobre las perlas de los niños en la escuela secundaria. Más precisamente, una de las preguntas estaba relacionada con la importancia de los modelos en nuestras vidas. Me topé con una triste realidad creada artificialmente por los medios – sus modelos eran unos personajes promocionados en base a su apariencia física (más o menos adquirida genéticamente) cuyo único atributo especial era la inclusión en la categoría «sexy».

Un segundo aspecto fue un artículo llamado «Cómo hablar con las chicas», este artículo me llamó la atención precisamente porque todos los días nos encontramos con algo muy poco saludable y que fácilmente se pasa por alto, promovemos la apariencia física como un valor – les transmitimos a las chicas «tú eres lindo/hermoso por lo tanto eres especial/valioso». Aprendemos que tenemos que ser bonitas/hermosas para ser valiosas y siempre estamos buscando modelos a nuestro alrededor que nos digan lo que significa ser bellas.

Los medios de comunicación están muy presentes en nuestras vidas y nos ofrecen lo que buscamos “ideales de belleza”. La sexualización de niñas y mujeres es un fenómeno cada vez más preocupante, siendo frecuentemente presentadas como personas cuyo valor se otorga únicamente a su apariencia física y se excluyen otras características.

Estamos expuestos a través de los medios a una serie de modelos y hemos aprendido a compararnos con ellos ya verlos como ideales de belleza. La exposición excesiva a estos modelos y la comparación con ellos hace que las mujeres se sientan insuficientes, inadecuadas, feas o gordas. Este compartimento puede contribuir a una baja autoestima, síntomas depresivos y trastornos alimentarios.

Desde un punto de vista genético, las personas están «programadas» para tener cuerpos muy diferentes. Se nos dice que la belleza está ligada a una forma: para las mujeres 90-60-90, para los hombres un cuerpo musculoso. Pero lo que no se nos dice es que menos del 10% de las mujeres están genéticamente predispuestas a que el cuerpo sea propuesto como ideal de belleza por los medios de comunicación.

Los mensajes de los medios no crean trastornos alimentarios, pero crean un contexto en el que las personas aprenden a valorarse en función de la forma y el tamaño del cuerpo.

Tal vez sea preocupante para todos saber que la edad en la que aparecen los trastornos alimentarios es cada vez menor, que cada vez más niñas empiezan a sentirse insatisfechas con su aspecto a partir de los 7-8 años, que más de la mitad de las mujeres se sienten insatisfechos con su aspecto y esto hace que desarrollen una serie de comportamientos destinados a ayudarles a perder peso, pero hacen exactamente lo contrario, llegando a ese efecto yo-yo o incluso a problemas de alimentación. Además, la anorexia y la bulimia ya no son (como se consideraron durante mucho tiempo) problemas de adolescentes, sino que cada vez son más las mujeres adultas que acaban midiendo su valor según lo que marca la balanza.

      A veces la gente es hermosa. No por lo que parece. No por lo que digo. Pero por lo que soyMarkus Zusak

Si no hace mucho tiempo hubo dos campamentos que nos dijeron dos cosas diferentes: los que trataban la obesidad y los que trataban los trastornos alimentarios. El primero consideró que los efectos de la obesidad en la salud son mucho más importantes que la autoestima, y ​​la persona debe perder peso, no apreciar su cuerpo tal como es. Y la segunda en la que se hace hincapié en una actitud positiva hacia la imagen corporal, en reforzar la confianza en uno mismo y en evitar las dietas. Los dos enfoques parecen ser completamente opuestos, pero cada vez se hacen más esfuerzos para integrar las medidas para prevenir los trastornos alimentarios con las de prevención de la obesidad. Porque parece que un porcentaje muy elevado de personas con obesidad recurren a conductas alimentarias (dietas rígidas, comer compulsivamente,

Cómo prevenir la anorexia y la bulimia

¿Cómo reconozco un trastorno alimentario?

Los trastornos alimentarios a veces son difíciles de identificar porque la persona trata de ocultar que tiene un problema. 

Las personas con anorexia tienen una imagen distorsionada de su propio cuerpo, viéndose gordas a pesar de ser muy delgadas. Comen muy poco o se niegan a comer, pueden hacer ejercicio en exceso y pueden desarrollar una serie de hábitos que les ayuden a adelgazar.

La bulimia consiste en episodios de ingesta excesiva seguida de eliminación de alimentos mediante la inducción del vómito, uso de laxantes, enemas, diuréticos o ejercicio físico excesivo. Los episodios de comer en exceso suceden cuando la persona está sola y le ofrecen un estado momentáneo de alivio y reducción de emociones negativas, seguido de sentimientos de vergüenza y culpa.

Otra categoría de trastornos alimentarios es la alimentación compulsiva , caracterizada por episodios en los que se consumen grandes cantidades de alimentos asociados a la falta de control. La diferencia entre comer compulsivamente y la bulimia es que las personas que comen compulsivamente no recurren a conductas para eliminar los alimentos consumidos.

Cada uno de estos problemas de alimentación es muy grave y requiere el apoyo especializado de un psicólogo o un psiquiatra. Los trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia no son modas pasajeras sino enfermedades que pueden matar y no solo por inanición (en el caso de la anorexia) sino también por las complicaciones que se producen por conductas poco saludables (dietas rígidas, inducir al vómito, uso excesivo de laxantes) .

La prevalencia de los trastornos alimentarios está influenciada por varios factores. Cada vez son más los estudios que demuestran que existe un componente genético en los trastornos alimentarios, es decir, que podemos ser genéticamente vulnerables a este tipo de problemas. Asimismo, ciertos rasgos de personalidad pueden influir en la aparición de trastornos alimentarios, se ha observado que en general, las personas con anorexia son perfeccionistas, mientras que las personas con bulimia son impulsivas. Muchas personas que desarrollan anorexia o bulimia tienen baja autoestima, se sienten impotentes y profundamente insatisfechas con su apariencia física.

Como mencionamos anteriormente, los modelos presentados en los medios no provocan trastornos alimentarios, pero brindan un contexto en el que la vulnerabilidad puede manifestarse. No podemos cambiar la predisposición dada por nuestros genes, pero podemos elegir a qué estamos expuestos nosotros y nuestros hijos y cómo nos exponemos a estos mensajes. Los medios de comunicación seguirán presentando mensajes que nos pueden perjudicar a los niños o adolescentes, pero tenemos la opción de darles las herramientas para enfrentar estas influencias.

Qué podemos hacer

Qué podemos hacer para sentirnos mejor en nuestro cuerpo pero también para prevenir la aparición de trastornos alimentarios en niños, adolescentes y adultos.

  1. Promover una autoimagen basada en valores: Atributos intelectuales, personales, espirituales y físicos: ayude a los niños a verse a sí mismos no solo como un niño lindo/una niña hermosa, sino como una niña a la que le gusta descubrir cosas nuevas, a la que le gustan los animales, a la que le gusta ayudar a los que la rodean y que tiene una hermosa sonrisa. Ayude a los niños a identificar sus cualidades.
  2. Evalúate a ti mismo en base a los valores y cualidades que tienes: en primer lugar, habla de ti mismo con respeto y aprecio, tu actitud hacia ti será asumida por los niños hacia ellos mismos.
  3. Fomentar el desarrollo de los niños en varios niveles: descúbrelos y ayúdalos a descubrir sus talentos, cualidades, intereses, estos son los que los ayudarán a convertirse en niños sanos y seguros de sí mismos. Un niño que tiene una imagen positiva de sí mismo está protegido de problemas como los trastornos alimentarios.
  4. Fomentar la participación en el deporte: para que puedan concentrarse no en cómo se ve su cuerpo sino en lo que su cuerpo puede hacer. Más implicación en actividades deportivas les ayuda y nos ayuda a tener más confianza en nosotros mismos
  5. Proporcione un modelo: En primer lugar, siéntete satisfecho con tu cuerpo y ten una actitud positiva hacia él. No evite situaciones en las que necesite exponer su cuerpo, p. Para ir a la piscina en traje de baño, si le decimos a un niño «eres hermoso como eres» pero nos escondemos debajo de las toallas, rápidamente captará el mensaje de que debe verse de cierta manera para estar bien.
  6. Come sano: una dieta sana y equilibrada nos ayuda a mantener nuestro peso dentro de los límites normales sin tener que seguir dietas poco saludables. Además, ten en cuenta los mensajes de tu cuerpo, no comas si no tienes hambre y no obligues a los niños a comer. Al obligar a un niño a comer o al comer usted mismo sin importar si tiene hambre o no, rompe la conexión entre la sensación de hambre y el comer. Reconocer la sensación de hambre y saciedad y escucharlas.
  7. Ser activo: promover actividades que impliquen movimiento. Es importante ofrecerle al niño la oportunidad de moverse, salir con él todos los días, animarlo a practicar algún deporte, salir de viaje juntos con la mayor frecuencia posible. Muéstrale lo que significa hacer deporte/ejercicio por placer y no para adelgazar.
  8. Evita las dietas: estos ayudan a reducir los kilos a corto plazo, pero con frecuencia después de terminar la dieta aparece el efecto yo-yo, es decir, los kilos perdidos se vuelven a poner en su lugar (y también traigo amigos). Las dietas no nos hacen más saludables, es importante tener un estilo de vida saludable: una dieta equilibrada y ejercicio todos los días.
  9. Discutir los mensajes en los medios: aprende y enseña a los que te rodean a «leer» los mensajes de los medios. Muy a menudo los mensajes asocian la apariencia física agradable con una serie de beneficios – ingresos fáciles, atención de otras personas, libertad, felicidad. Ayudar a los niños a ver que los mensajes que se transmiten son distorsionados, que la belleza no es sólo lo que se promociona en los medios de comunicación y que esos beneficios no se obtienen automáticamente sólo porque alguien tiene una apariencia física agradable.
  10. Desarrolla rasgos positivos en ti y en tus hijos: Los estudios muestran que las personas, independientemente de si son hombres o mujeres, que expresan rasgos positivos, por ejemplo, la honestidad, el deseo de ayudar a los demás, son percibidas como más atractivas. Aquellos que expresan rasgos negativos, por ejemplo, incorrección o falta de cortesía, son percibidos como menos atractivos.

Conclusión

El mensaje que debemos transmitir es que nuestra apariencia física, nuestro cuerpo, no es nuestra única fuente de identidad. No somos solo nuestro cuerpo, somos mucho más. Sin duda es importante cuidar y cuidar nuestro cuerpo, pero es importante ver que más allá de la apariencia física tenemos muchas cualidades que nos hacen valiosos. El cuerpo es un medio que nos ayuda a alcanzar nuestras metas, seguir nuestros valores, expresar nuestras emociones, pero el cuerpo no es una meta ni un valor.

Para prevenir la anorexia y la bulimia es necesario voluntad para cambiar, ayuda externa de familiares y amigos y sobre todo amor propio. Cuando una persona se quiere a si misma no permite que nadie la hiera.

En general, la autoestima basada en factores externos -lugar de trabajo, apariencia física, desempeño escolar- nos hace más vulnerables a problemas de salud mental. Podemos perder nuestro trabajo, tener el vientre plano o reprobar un examen y esto nos afectará más de lo que debería porque sentiremos que nos hemos perdido a nosotros mismos.

Identifica tus valores y cualidades y desarróllalos, no los puedes perder.

Mi recomendación de lectura para prevenir la anorexia y la bulimia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *