Cómo superar la crítica constante

Cómo superar la crítica constante

«Tu nunca…»; «Tu siempre…»; «Tú siempre exageras…». ¿Cuántas veces no hemos escuchado o usado expresiones como estas en la comunicación con nuestra pareja, hijo, padres o compañeros de trabajo? Así es, la crítica cotidiana es tan familiar y útil cuando nos encontramos con emociones que nos causan malestar. Cada uno de nosotros creció con él hasta cierto punto, por lo que es fácil para nosotros recurrir a las críticas en situaciones de conflicto o malentendidos.

Es natural y natural para nosotros los humanos buscar una explicación para los sentimientos negativos y, con el tiempo, podemos desarrollar un hábito mental disfuncional de escanear el entorno en busca de los pecados y faltas de otras personas para explicar nuestros propios disgustos y decepciones.

«¡Nunca me escuchas! ¡Solo te preocupas por ti mismo!” Esta es una crítica bien escrita. A menudo, se parece a una queja oa una acusación; pero, en esencia, es un ataque generalizado a la personalidad o carácter del otro. En realidad, no estás criticando una acción o comportamiento específico, sino a una persona en su conjunto. Palabras como «siempre» o «nunca» transmiten que la otra persona tiene una personalidad constantemente negativa. 

¿Por qué es importante notar la presencia de la crítica en nuestra comunicación con los demás? Bueno, porque puede tener efectos devastadores en la calidad de nuestras relaciones con quienes nos rodean, hace que los demás se sientan rechazados, heridos o irritados y, por último, pero no menos importante, evita que te des cuenta de ti mismo en situaciones en las que te sientes insatisfecho. Cuanto más lo use en el diálogo, más se intensificará, aumentará su intensidad, lo que le impedirá conectarse o transmitir su mensaje.

Ahora que hemos puesto la crítica bajo la lupa, los invito a hacer algunos #psychodediscoverys más, para aprender a protegernos de sus efectos en la comunicación.

Consejo práctico #1

“La crítica es una necesidad mal envasada”, dice el psicoterapeuta relacional John Gottman , y para expresar nuestro descontento con algo que otra persona ha dicho o hecho, intentar sustituir el ataque por la crítica con un comienzo suave. Esto implica hablar directamente sobre una inquietud o queja y expresar una necesidad de manera positiva.

Por ejemplo, aquí hay una crítica bastante común: “¡Vamos! ¡Vamos a llegar tarde! Siempre te mueves despacio». Aquí hay un comienzo suave, opuesto a la crítica: «¡Llegamos tarde! Para mí es muy importante que lleguemos a tiempo».

En otras palabras, un antídoto contra la crítica, según los Gottman, es expresar tus necesidades sin culpabilizar. Así, el otro está más dispuesto a escuchar y el compromiso se vuelve posible.

Consejo práctico #2

Concéntrate en ti mismo. La próxima vez que surja un problema y tenga ganas de comunicarlo o resolverlo, comience por pensar en estas preguntas antes de comenzar la discusión:

  • ¿Cuáles son las emociones que siento?
  • ¿Cuál es mi necesidad en esta situación?
  • ¿Cómo puede ayudarme la otra persona en este punto?
  • Esta necesidad o situación me recuerda momentos de la infancia cuando…

Y lo más divertido es que respondiendo estas preguntas obtienes una «fórmula matemática» que evita las críticas: siento + necesito + cómo puedes ayudarme + experiencias similares de la infancia = expresar la necesidad o insatisfacción, sin agredir a la otra persona.

Consejo práctico #3

Golpea el hierro mientras está frío. ¡No escribí mal la frase, lo leíste bien! La mayoría de las veces expresamos nuestro descontento y recurrimos a la crítica porque no nos tomamos un minuto para respirar y darnos cuenta de lo que nos está pasando. Así, a través de la tercera sugerencia práctica les recuerdo que la respiración consciente es el antídoto más útil. Nos ayuda a conectarnos con nuestro propio cuerpo y calmar esta respuesta primaria al ataque. Y si siente que necesita más de un minuto para calmarse, puede solicitar un  tiempo de espera breve , si la situación lo permite. 

Dile a la otra persona que te sientes un poco excitado en este momento y que necesitas unos minutos para hablar de ello. ¿Quién dijo que no podemos detener el tiempo?

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