El valor y el miedo son ramas del mismo árbol

El valor y el miedo son ramas del mismo árbol

Desde una edad temprana, aprendemos sobre el coraje de las historias que nos cuentan, de los dibujos animados, de los libros que leemos o de las películas que vemos. Más tarde, en la adolescencia, la valentía se convierte en una de las cualidades que más valoramos, pues a esa edad lo que buscamos es la admiración y la validación de los demás.

El término coraje proviene de la palabra latina  cor , que significa corazón. Lo que significa que la motivación para el coraje viene de adentro. El coraje no es algo temerario y extremo. Confía en la confianza, la sabiduría, el autoconocimiento y un agudo sentido de autoconciencia.

En mi opinión, el coraje y el miedo son ramas del mismo árbol.  El valor es la capacidad y la fuerza para trazar su propio rumbo y seguirlo con perseverancia, para manejar el miedo, el fracaso o los desafíos que surgen en el proceso. Como bien dijo Nelson Mandela  «El valor no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él».

El valor y el miedo no son mutuamente excluyentes. El miedo es una emoción inherente a la existencia humana y todos sentimos miedo o temor a algo. El coraje es seguir adelante o hacer algo a pesar del miedo: «Es el miedo al que te aferras un minuto más»,  como dice George S. Patton.

El valor se describe como un rasgo sustentador, una de las cualidades básicas de la naturaleza humana. Es un componente clave en nuestra evolución y es lo que nos empuja a alcanzar nuevas metas, aunque implique un proceso difícil o doloroso. 

Coraje un paso hacia una vida plena

Según  Martin Seligman  (pionero en psicología positiva) y Christopher Peterson (experto en el campo de la esperanza y el optimismo), existen seis cualidades que subyacen a una vida plena y son: sabiduría y conocimiento, valentía, amor y humanidad, justicia, templanza. , espiritualidad y trascendencia.

La valentía es uno de los atributos más hermosos y edificantes del hombre, que contribuye al bienestar de la vida, y según la literatura especializada, la valentía comprende cuatro rasgos de carácter, y son: perseverancia, audacia, honestidad, entusiasmo.

El coraje es, al mismo tiempo, el arte de admitir que te equivocaste, de hablar, de poder decir «No» para honrar tus propias necesidades, en lugar de ignorarlas, solo para complacer a alguien. Significa saber decir lo que quieres y también lo que no quieres. Winston Churchill lo dijo tan claramente: “Valor es tener la fuerza para ponerse de pie y hablar. Coraje también significa sentarse y escuchar».

Tener coraje significa actuar, aunque sientas miedo, seguir tu pasión, vencer tu voz interior que te dice que no tendrás éxito, que no vales la pena, que serás un fracaso. Significa vivir según los principios y valores que son importantes para ti. Implica tomar una decisión o actuar cuando existe un riesgo. Es la fuerza que asegura el crecimiento en lugar del retroceso.

El coraje también significa reconocer tu miedo, reflexionar sobre su mensaje, aceptarlo suavemente y actuar. Para ser valiente, la mayoría de las veces, pasas por el miedo y la incertidumbre.

El coraje no siempre se trata de conquistar el Everest. A veces es invisible para todos menos para ti. El experto en liderazgo, consultor y psicoanalista holandés Manfred Kets de Vries explica: «Lo que hace valiente a una persona es una combinación de predisposición genética, características psicológicas adquiridas, normas sociales y el contexto de la decisión que requiere coraje».

Aristóteles creía que un individuo desarrolla coraje al realizar actos valientes. Por lo tanto, el coraje es un hábito que se puede desarrollar a través de la práctica. Esta virtud se puede aprender, educar y modelar. En otras palabras, podemos cultivar nuestra capacidad para enfrentar nuestros miedos, asumir riesgos y aceptar la incertidumbre En resumen, ¡nos volvemos valientes siendo valientes!

Las tres formas del coraje

El concepto de valentía ha sido un tema de debate para los filósofos durante milenios y es fuente de interés e investigación en psicología, sociología, liderazgo y educación. Aunque hay muchos puntos de vista, sin embargo, tenemos un acuerdo general de que el coraje implica perseverancia frente al peligro o la dificultad y confiar en ello para lograr el cambio. También usamos diferentes tipos de coraje, en diferentes contextos, para manejar las demandas específicas de esa situación en particular. Estos incluyen coraje físico, moral y, más recientemente, psicológico.

  • El coraje físico  es el más fácil de identificar y se define como el tipo de coraje en el que confiamos cuando nos enfrentamos a una amenaza física y lo activamos para protegernos a nosotros mismos o a los demás de la agresión.
  • La valentía moral  es el tipo de valentía que necesitamos para defender lo que es correcto y hacer lo que es correcto incluso cuando es inconveniente o impopular. Está incrustado en nuestros valores y sentido del bien y del mal.
  • El coraje psicológico  se refiere al poder que tenemos para enfrentar la verdad sobre nosotros mismos y nuestros comportamientos y actuar cuando sea necesario para lograr el cambio. Este tipo de coraje implica enfrentar el miedo de admitir y aceptar nuestros defectos y vulnerabilidades. Es el tipo de coraje que se necesita para reconocer y aceptar la disonancia o la brecha que puede existir entre quienes pensamos que somos y quienes somos en realidad.

Una forma efectiva de aumentar tu nivel de coraje es pensar en él y tratarlo como un músculo. El coraje es, simplemente, un rasgo que se puede desarrollar con participación, presencia y práctica.

Algunas maneras en las que puedes entrenar tu coraje

  • Abre tus dudas sobre ti mismo, elige permitir tus vulnerabilidades; todo esto puede hacerte sentir poderoso. Al identificar a qué le tienes miedo, reduces el miedo a la situación, lo que te da valor para actuar.
  • Divide tus miedos en tareas manejables: esta es otra forma efectiva de cultivar tu coraje.
  • Acostúmbrate a decidir lo que crees sobre ciertas cosas y hablar desde ese lugar de convicción. Di lo que piensas de las pequeñas cosas de una manera amena, educada y firme.
  • Observe cada vez que hace algo que tiene miedo de hacer, algo que su cuerpo le dice que no haga.
  • Aprende a prestar atención a las señales positivas y reduce las negativas. 
  • Dirige tu mente a estímulos positivos.
  • Encuentre modelos a seguir de personas valientes. Sigue el ejemplo de esa persona hasta que te resulte natural modelarte a ti mismo.

Ser valiente en medio del miedo puede fortalecer tu confianza. Abrazar el coraje te permite ver el mundo desde una perspectiva diferente, amplía tus experiencias y aumenta tu sentido de felicidad. Elija ejercer más coraje en 2023, hágase amigo del miedo y corra riesgos para hacer realidad sus planes más grandiosos.

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