La psicología detrás de por qué las ‘cosas’ pueden hacernos infelices

La sociedad moderna es maravillosa en muchos sentidos, y las ventajas de los avances tecnológicos y científicos nos han permitido vivir más tiempo y con más comodidad que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Sin embargo, el consumismo que impulsa a nuestra sociedad viene con la veneración de los bienes de consumo, o «cosas», y es este impulso por la abundancia consumible lo que impacta directamente en nuestra felicidad.
Cuando recibimos obsequios físicos, a menudo los procesamos a través de un prisma de comparación con nuestros compañeros, lo que conduce a sentimientos inevitables de vacío y soledad, mientras que cuando recibimos obsequios de experiencias, especialmente si se van a experimentar junto a un ser querido, procesamos eso a través de un campo de percepción completamente diferente, que en realidad aumenta la felicidad. La experiencia en sí también libera endorfinas en nuestro cuerpo, que es la sustancia química que nos hace sentir bien que experimentamos después del ejercicio, la risa, el sexo, la comida y otras actividades que brindan alegría.

Tener experiencias en lugar de posesiones es mejor para nosotros.

La ironía detrás de la búsqueda de la sociedad moderna por la acumulación de «cosas» es que muchas personas creen que identifican un cierto nivel de libertad con respecto a la tangibilidad y el estado de trofeo percibido de los artículos de alto valor. Sin embargo, el polo opuesto suele ser cierto, ya que, para la mayoría de las mentalidades psicológicas, cuanto más objetos físicos poseemos, menos libres nos sentimos en realidad. Por otro lado, las experiencias con nuestros seres queridos generalmente se experimentan a través del ‘lado derecho’ del cerebro comúnmente conocido, que en términos generales procesa nuestros caminos neuronales creativos y, de hecho, aumenta nuestra conciencia del momento en el que nos encontramos, que es un causa directa de mayor felicidad.

Los beneficios emocionales de tener menos

No existe la salud puramente emocional y psicológica, ya que existe una correlación muy clara entre la salud de nuestra mente y la salud de nuestro cuerpo. Muchos estudios han demostrado que, de hecho, es prácticamente imposible mantener un cuerpo verdaderamente sano sin un estado mental psicológico saludable, por lo que cada vez que aumentamos nuestra felicidad, claridad de pensamiento y mayor apreciación / bienestar, estamos mejorando nuestra salud física. al mismo tiempo.

Las personas pueden probar diferentes tipos de euforia y por qué pueden dar un impulso psicológico duradero.

– Hacer algo aterrador o desafiarse a sí mismo, por ejemplo, escalar una montaña o probar el surf, el wakeboard, la escalada o el rappel.

Salir de su zona de confort es una de las actividades más progresistas que jamás emprenderá. Cambiará los patrones y comportamientos neuronales, aumentará su capacidad para disfrutar el momento en el que se encuentra y ampliará la forma en que percibe el mundo, lo que está demostrado que lo hace más feliz.

– Experimentar la naturaleza / el mundo natural: observar las estrellas en el campo, por ejemplo, o viajar para explorar un nuevo país.

Los seres humanos son criaturas de la naturaleza y lo olvidamos demasiado rápido. Volver a la naturaleza es ayudar a la mente a restablecerse a la ‘configuración de fábrica’, lo que tiene el impacto de desintoxicar su concentración, felicidad y niveles de energía.

– Unirse a un grupo de teatro o improvisación – (o algo que le dé la emoción que obtiene al ser parte de una comunidad, conocer a extraños, unirse con otros)

Los humanos somos animales de carga y respondemos mejor a los escenarios grupales. La supervivencia de nuestros antepasados ​​contra las condiciones más duras hace muchos milenios se debió a este instinto, y todavía lo sentimos en nuestros genes hoy en día. El canto grupal también es una excelente manera de canalizar una alegría compartida, que aumenta tu felicidad en un instante.

– Hacer algún tipo de voluntariado

Cuando vives en una sociedad tan egoísta como nosotros, el altruismo se convierte en un bien escaso. Sin embargo, la ironía es que gran parte de nuestro egoísmo se basa en la búsqueda de una felicidad más personal, y al hacer algo puramente por otra persona, sin nada más que el aprecio de otra persona, aumentamos nuestra felicidad más que casi cualquier otra cosa.

– Desorden

Conclusión

Debido a que vivimos en un mundo gobernado por la acumulación de artículos, nos hemos acostumbrado colectivamente a asignar valor sentimental a muchas cosas que nos rodean. Estos recuerdos visuales pueden ser reliquias encantadoras, pero también pueden ser albatros alrededor de nuestro cuello, arrastrándonos al pasado, en un momento en el que podríamos estar viviendo en el presente. Al perder el desorden, aumentamos nuestra capacidad de estar presentes y abrimos nuestras mentes a las posibilidades futuras, en lugar de sentirnos abrumados por el pasado.

Si desea obtener más información sobre este tema, comuníquese con el centro Zero donde nuestros psicólogos en Palma de Mallorca le informarán de todo.