
15 ideas para mejorar la relaciones con los demás
Índice
- 1 1. Aceptemos que las personas van y vienen en nuestra vida
- 2 2. Aprendamos que toda lección tiene un precio
- 3 3. Mantener cerca de nosotros a las personas que cuidan de nuestro bienestar
- 4 4. Aceptemos que una relación implica esfuerzo
- 5 5. Dejémonos llevar por las comparaciones sociales
- 6 6. Démonos cuenta de que no “tenemos” que complacer a todos
- 7 7. Construyamos relaciones significativas
- 8 8. Vamos a crear conexiones
- 9 9. Dejemos de victimizarnos
- 10 10. No nos fiemos solo del aspecto físico
- 11 11. Hagamos las paces con nosotros mismos
- 12 12. Para gestionar mejor nuestro miedo al ridículo
- 13 13. Seamos agradecidos por lo que vivimos
- 14 14. Elijamos sabiamente nuestras batallas
- 15 15. Cultivemos nuestra bondad
Hay muchos factores que pueden contribuir a la dificultad de las relaciones interpersonales. Aquí hay algunos de los más comunes:
- Problemas de comunicación: La comunicación es clave en cualquier relación, pero a menudo se nos presentan barreras, como la falta de escucha activa, la interpretación equivocada de los mensajes y la falta de claridad en la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos.
- Diferencias de personalidad: Cada persona es única, y las diferencias en las personalidades pueden ser un desafío para la construcción de relaciones saludables. Por ejemplo, alguien que es extrovertido puede tener dificultades para conectarse con alguien que es más introvertido.
- Trauma y dolor emocional previo: El dolor emocional previo, como la infancia traumática o las relaciones anteriores tóxicas, puede afectar la capacidad de una persona para establecer y mantener relaciones saludables.
- Expectativas poco realistas: A menudo tenemos expectativas poco realistas sobre cómo deben ser las relaciones, y cuando esas expectativas no se cumplen, puede ser difícil para nosotros adaptarnos y mantener la relación.
- Falta de habilidades sociales y emocionales: Algunas personas pueden tener dificultades para comprender y expresar sus propios sentimientos, leer las emociones de los demás y manejar conflictos de manera efectiva, lo que puede afectar negativamente sus relaciones.
Estos son solo algunos ejemplos, y hay muchos otros factores que pueden contribuir a la dificultad de las relaciones interpersonales. En última instancia, las relaciones interpersonales son complejas y requieren esfuerzo constante, comprensión y compromiso para mantenerse saludables y satisfactorias.
Esto es lo que la ciencia recomienda para mejorar la relaciones con los demás:
1. Aceptemos que las personas van y vienen en nuestra vida
Ciertamente, en estos dos meses no pude chatear con todos mis amigos en las redes sociales. Pero lo cierto es que aquellas personas con las que hemos mantenido fuertes lazos (a través de todos los canales de comunicación) ya las que hemos amado tienen un lugar especial en nuestras vidas y podemos confiar en ellos en momentos de necesidad. No podemos ser amigos de todo el mundo, y por mucho que nos animen las apps, es fácil entender que solo formamos afinidades con determinadas personas, según la época a la que nos refiramos. Tuvimos una tribu de amigos en la infancia (tal vez, algunos todavía hoy están con nosotros), un grupo en la escuela y otro en el trabajo, más tarde. Pero las personas evolucionan y nosotros, junto con ellas. Es natural que, durante la vida, nuestros caminos también se separen.
2. Aprendamos que toda lección tiene un precio
Las rupturas duelen, y aunque nos enojemos o nos decepcionemos, es importante aprender las lecciones que nos da la vida. No podemos dejarlo ir fácilmente, nos lastimamos, pero después de que el efecto de la curita desaparece, nos damos cuenta de que podemos quitárnoslo de encima, listos para entrar en otra relación, sin la certeza de que no estaremos, una y otra vez, desilusionados. .
3. Mantener cerca de nosotros a las personas que cuidan de nuestro bienestar
La prueba de la amistad es difícil, y sin duda sabemos quiénes son las personas queridas que se preocupan por nosotros con todo su ser. Están aquellas personas que no necesitan ser llamadas constantemente, pero que sabemos que están a nuestro lado a todas horas, listas para ayudarnos, en cuyo hombro podemos llorar, sin pedir nada a cambio.
4. Aceptemos que una relación implica esfuerzo
Las amistades no se nos deben, se construyen con el tiempo y se mantienen a través del compromiso mutuo, la comprensión, los valores compartidos, la lealtad. En una amistad, se necesita un aporte continuo, aunque la decepción y el engaño pueden ser parte integral. Es importante estar abiertos, estar plenamente presentes y luchar por las personas que amamos, a quienes consideramos familia, y recordar que por el bien de nuestro vínculo no solo debemos tener expectativas de ellos.
La mayor parte del tiempo, nos relacionamos con los éxitos de los demás en un sentido negativo, culpando a las fuerzas externas (destino, divinidad, coyuntura) de los fracasos personales. En la vorágine de las decepciones, ya no distinguimos la realidad de facto, ni el camino trazado por otros para alcanzar sus logros. Este período, en el que nos permitimos tener discusiones honestas con nosotros mismos, puede ser una buena oportunidad para reconfigurar la dinámica de la relación con nuestra propia persona, de tal manera que en poco tiempo ya podamos ver las primeras mejoras.
6. Démonos cuenta de que no “tenemos” que complacer a todos
Por mucho que nos gustaría marcar a tantas personas felices como podamos, encontraremos que a medida que avanzamos en esta dirección, nos hundiremos en una gran decepción. Porque es imposible complacer a todos. Además, mantener nuestra rectitud sin importar la situación es crucial hoy en día. Podemos pulirnos a diario y crear una mejor versión de nosotros mismos, pero no podremos desviarnos demasiado de nuestros propios valores cambiando nuestra estructura. Es necesario enfocarnos en lo que nos define y seguir siendo tributarios de las cosas y personas que nos gustan, que nos inspiran y con quienes podemos tener áreas de crecimiento y desarrollo.
7. Construyamos relaciones significativas
Sobre la base de valores, aspiraciones y planes compartidos, las personas pueden mover montañas. Y debido a que los proyectos se hacen realidad cuando las personas se unen y crean cosas hermosas, es importante darse cuenta de la importancia de las relaciones significativas en nuestras vidas. Tienen la capacidad de absorber nuestra impotencia y darnos la fuerza para continuar cuando ya no podemos más.
8. Vamos a crear conexiones
El entorno online tiene la capacidad de conectarnos con personas de un lado a otro del mundo, con un solo clic. Es fácil entender que ahora, más que nunca, es bueno estar abierto a conocer gente, hacer conexiones. Aunque no podemos tocarnos, podemos vernos y sentirnos. No se nos permite la cercanía social, pero emocionalmente podemos construir puentes entre nosotros que se pueden cruzar juntos.
9. Dejemos de victimizarnos
Quejarnos constantemente de nuestra vida no significa que logremos mejorar nuestra existencia de ninguna manera. Es importante recordarnos a nosotros mismos que tenemos el poder intrínseco de levantarnos y hacer cambios importantes en nuestras vidas si así lo deseamos. Por supuesto, es de sabios darnos un respiro para “masticar” el dolor, para sentir su amargura, pero con la convicción de que es algo efímero, necesario y presente en la vida de cada uno de nosotros. Es el libre albedrío el que dictará cómo actuaremos. Pero sin un toque de tristeza, la vida no tendría el mismo sabor.
10. No nos fiemos solo del aspecto físico
Muchas veces nos miramos al espejo con ojo crítico y no nos conformamos con lo que vemos. Pero, en esos momentos, es necesario no olvidar que la belleza exterior es perecedera y que no es el único aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de crear nuestra personalidad. En un lugar protagónico debe estar la personalidad y el conocimiento acumulado. El paso del tiempo es inherente, pero no debe dejar huella en nuestras elecciones personales ni en nuestra psique. La aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad de la piel son signos claros de que estamos pasando a otra etapa: la regida por la sabiduría. Cada etapa de la edad tiene su propia belleza y así es exactamente como merece ser disfrutada y llevada al escenario de la vida.
11. Hagamos las paces con nosotros mismos
Para una buena salud emocional, necesitamos estar en paz con nosotros mismos. A menudo, corremos tras validaciones externas, anhelamos apreciaciones, pero de hecho, tienen que venir de adentro. Lo mismo ocurre con la felicidad. Soñamos con encontrar a alguien que nos haga felices. Pero nadie en la tierra tiene esta capacidad, si nosotros mismos no “luchamos” con nosotros mismos y llegamos a ver en nuestra propia persona el elemento más básico de supervivencia y reconocimiento. Es hora de descansar y mirar nuestra existencia con la gratitud de hoy, de haber pasado por tantas experiencias que parecían interminables, y sin embargo estamos en el presente, bien e ilesos.
12. Para gestionar mejor nuestro miedo al ridículo
El sentido del humor juega un papel crucial a lo largo de la vida. La mayoría de las veces, tiene la capacidad de sacarnos de los momentos más profundos de desesperanza, impotencia o crítica de los demás. Es necesario saber distinguir entre crítica constructiva y destructiva y aprender algo de las lecciones recibidas. Estos son puntos de crecimiento, sobre los cuales podemos seguir construyendo nuestra existencia. Al mismo tiempo, brindarnos momentos en los que no nos tomemos demasiado en serio y dejemos que el juego nos gobierne es una prueba viviente de que aún cuidamos a nuestro niño interior, para que no se pierda en un mundo de adultos, rigió. por seriedad y responsabilidades.
13. Seamos agradecidos por lo que vivimos
Tal vez actualmente estamos demasiado ocupados para ver las cosas positivas que suceden en nuestras vidas. Porque todo es limitado, triste, sin verdadera esperanza. Pero en un panorama general honesto, podemos ver que somos extremadamente afortunados de estar sanos, que nuestra familia está bien y que podemos disfrutar unos de otros, tanto dentro del núcleo familiar como a través de la tecnología con la familia extendida. Por la mañana y por la tarde, es decir, en los momentos de tranquilidad en los que estamos solo con nosotros mismos, vale la pena atreverse a tomar conciencia de estas bendiciones (que, por cierto, otros menos afortunados no tienen) y construir nuestro día o noche en una nota positiva.
14. Elijamos sabiamente nuestras batallas
Todos los días tenemos todo tipo de batallas que libramos con nosotros mismos, pero no vale la pena estresarse por todas ellas. La priorización es la consigna cuando sentimos que tenemos demasiadas actividades en nuestra lista diaria esperando ser marcadas. Pero en todo este círculo vicioso en el que entramos todos los días, no debemos olvidar que no somos robots y es bueno entender que nos rigen emociones que pueden desbordarnos. La tolerancia, la bondad, la tranquilidad son los atributos que conviene abrazar y cultivar, para un buen equilibrio emocional.
15. Cultivemos nuestra bondad
En un mundo dominado por la envidia, la crueldad, la malicia, es más difícil mantener nuestra generosidad dentro de parámetros normales. Pero esto se puede aprender de los más pequeños. Su pureza es una buena fuente de carga de batería. Podemos transmitir a los adultos con los que interactuamos la energía así acumulada. Al actuar con amabilidad, no necesitaremos recibir nada más a cambio. Es un ejercicio que podemos poner en práctica y que tendrá un efecto revelador incluso entre los menos intencionados. Somos apoyo para nosotros y nuestros seres queridos. Nos turnamos cuando ya no podemos más. Lloramos y nos levantamos, porque más allá de las nubes saldrá el sol, seguro.