Trastorno TDAH: cómo intervenir y cómo gestionarlo en la escuela

Trastorno TDAH: cómo intervenir y cómo gestionarlo en la escuela

¿Qué es el Trastorno TDAH?

La presencia de niños diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), más conocido como TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), es cada vez más frecuente en las escuelas. Es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la capacidad de atención, la regulación de los impulsos , las emociones y la planificación de la actividad motora .

Su carácter omnipresente lo hace incapacitante , ya que afecta significativamente todas las áreas de la vida del niño hasta el punto de comprometer la integración social , la ubicación escolar y la calidad de las relaciones . Muchas veces la inquietud y el comportamiento desregulado del niño se interpretan erróneamente como una vivacidad excesiva o se asocian a la distracción típica de los niños, sin embargo, el TDAH es un verdadero trastorno que dificulta la capacidad de filtrar y seleccionar los estímulos del entorno , planificar las propias acciones y controlar los impulsos.

Prevalencia y causas del trastorno TDAH

Las estadísticas informan que el trastorno, entre los más frecuentes en la edad de desarrollo , tiene una mayor incidencia entre los niños varones, mientras que desde un punto de vista etiológico estaría asociado a una multiplicidad de causas :

  • Factores genéticos
  • Física
  • Socio-ambiental

Los estudios de gemelos han revelado un alto componente de herencia (75-80% de los casos). Gillis (1992) ha identificado en gemelos monocigóticos de niños con TDAH un riesgo de desarrollar la enfermedad 11 y 18 veces mayor que en hermanos heterocigóticos o no gemelos, con una probabilidad del 55-92%.

Una contribución significativa a la comprensión de este trastorno ha sido la investigación en neuroimagen funcional (RMF y PET), que ha puesto de manifiesto anomalías en regiones específicas del Sistema Nervioso Central en niños con trastorno por TDAH , con especial referencia a la corteza prefrontal , al núcleos basales y cerebelo, fundamentales en los mecanismos de inhibición, autocontrol y resistencia a las distracciones.

La alteración de estas zonas supondría, por tanto, una grave afectación de diversas funciones:

  • Memoria de trabajo y planificación.
  • Procesos de inhibición de la conducta
  • Organización temporal de la conducta
  • Funciones ejecutivas
  • Control emocional y organización/control de procesos cognitivos
  • Gestión de emociones y procesos motivacionales

Junto a los factores genéticos y biológicos , también es recomendable considerar la presencia de aquellos factores ambientales que pueden exponer al niño a un mayor riesgo de desarrollar el trastorno TDAH:

  • Nacimiento prematuro
  • Consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo
  • Drogodependencia en el embarazo

¿Cuáles son los principales síntomas del trastorno TDAH?

  • Déficit de atención : el niño muestra una gran dificultad para mantener y modular continuamente su concentración en las actividades, especialmente si requieren un esfuerzo cognitivo o si son especialmente tediosas. Su incapacidad para filtrar los estímulos ambientales le impide completar sus tareas o seguir incluso una simple conversación. Esto lo lleva muchas veces a ignorar las indicaciones o reglas establecidas por los adultos, aunque cabe recalcar que no se trata de una modalidad conductual oposicional.
  • Impulsividad : se manifiesta como una incapacidad para inhibir un comportamiento inadecuado, la tendencia a decir o hacer algo sin poder predecir las consecuencias o posibles riesgos. Es muy frecuente, por ejemplo, que el niño interrumpa a los demás durante una conversación o que sea incapaz de respetar su turno.

También es complejo para el niño manejar y regular sus propias emociones , tolerancia a la frustración y control de la agresión .

  • Hiperactividad : es una dimensión muy ligada a la impulsividad, que se manifiesta tanto a nivel motor como a nivel lingüístico. El niño suele ser hablador, incapaz de quedarse quieto y tiende a moverse de forma agitada sin un propósito y sin finalidad.

Esta sintomatología puede afectar significativamente la vida diaria del niño, con consecuencias negativas también en el campo del desarrollo psicosocial.

De hecho, es bastante frecuente que el niño, al estar aislado de sus compañeros precisamente en virtud de su comportamiento «molesto», pueda desarrollar una sensación de frustración y problemas de autoestima . Además, en lo que se refiere a la relación con los adultos, la actitud coercitiva de padres y profesores no hace más que alimentar la vivencia del niño produciendo ansiedad , hostilidad y desmotivación, desencadenando así un círculo vicioso.

¿Cómo es posible intervenir sobre el trastorno TDAH en el contexto escolar?

Cuidar a un niño con TDAH requiere una intervención multimodal que involucre, además de los padres, la figura de los docentes a través de cursos de formación específicos que aporten las herramientas necesarias para gestionar la complejidad de la patología. En particular, debe hacerse referencia a los siguientes objetivos:

  • Informar al profesorado sobre las características del TDAH y el tipo de tratamiento a preparar.
  • Proporcionar herramientas de evaluación (cuestionarios y tablas de observación) sobre el comportamiento del niño.
  • Potenciar los recursos emocionales del profesorado mediante formación específica dirigida a mejorar la relación con el alumno.
  • Explicar a los profesores cómo estructurar el ambiente del aula de acuerdo con las necesidades del niño con TDAH e informarles sobre las estrategias a adoptar para cambiar el comportamiento del niño.
  • Brindar soluciones y procedimientos para promover la enseñanza aprendizaje.
  • Dar indicaciones sobre cómo fomentar, en general, un clima relacional positivo entre el niño y sus compañeros.

Estrategias para profesores

Existen diversas medidas que los docentes pueden adoptar para manejar el problema del TDAH de manera funcional y mantener el comportamiento del niño en niveles aceptables.

  • Retire los estímulos visuales que puedan distraer al niño.
  • Haga que el niño se siente cerca del escritorio , lejos de la ventana o de los compañeros más ruidosos.
  • Preferir el uso de pupitres individuales a los dobles, disponiéndolos de forma que el profesor pueda comprobar que el niño ha entendido la tarea.
  • Introduzca descansos cortos y frecuentes durante la tarea.
  • Proporcionar al niño indicaciones prácticas sobre cómo organizar su material y el espacio en su escritorio.
  • Fomentar el uso de diarios , listas , cuadernos , recordatorios .
  • Crear rutinas y hábitos en el uso del material y vestuario del aula.

Para intervenir en el manejo de la conducta del niño, se recomienda el uso de:

  • Reglas simples compartidas explícitamente con el niño, preferiblemente para ser escritas en un cartel.
  • Sistema de puntos y fichas ( token economy ), que consiste en asignar un premio al comportamiento adecuado del niño. Es recomendable combinar este sistema con el coste de la técnica de respuesta , según la cual los niños pierden puntos ante la falta de realización de determinados comportamientos o ante la presencia de conductas incorrectas.

Es igualmente importante que los maestros sean capaces de anticipar y predecir el comportamiento del niño identificando rápidamente aquellas situaciones que podrían aumentar su agitación. Por ejemplo, podría ser útil asignarle tareas simples como conseguir tiza, que limpie la pizarra o que haga fotocopias en la oficina.

Qué no hacer con un niño con TDAH

Manejar a un niño con TDAH puede ser un desafío muy complejo para los maestros. Es necesario subrayar cómo se debe evitar el uso de estrategias coercitivas o punitivas , ya que serían inútiles además de perjudiciales para el desarrollo del niño.

  • Repite “Ten cuidado” una y otra vez . Un enfoque de este tipo, además de no producir ningún resultado, ya que el niño no elige conscientemente distraerse, podría ser perjudicial para el desarrollo de su autoestima y aumentar la sensación de insuficiencia.
  • Insista en que una tarea se complete completamente sin pausas : es esencial, de hecho, permitir al niño, durante la ejecución de ciertas tareas, breves pausas o la posibilidad de dividir la tarea en subpartes.
  • Llevar al niño a un lugar alejado de sus compañeros para favorecer su concentración : esta estrategia podría aumentar el aislamiento del niño y dificultar su integración en el grupo de clase. Por el contrario, sería preferible ubicar al niño en pequeños grupos o ubicarlo en un lugar al lado del maestro.
  • No proponer novedades por miedo a distraer al niño : esta es una elección inadecuada, ya que exponer a los niños con TDAH a situaciones o métodos de enseñanza alternativos podría ayudar a estimular su curiosidad y motivarlos más.
  • Repetir “quédate quieto ” una y otra vez: pedir explícitamente que el niño se quede quieto tiene un efecto contraproducente. Por el contrario, es importante darle la oportunidad de moverse un poco más que los demás, indicando con precisión qué movimientos están permitidos y cuáles no.

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