
5 maneras en que la mente nos juega malas pasadas
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¿Qué estoy comiendo hoy? ¿Cómo me visto para la entrevista? ¿Por qué línea de crédito debo optar? Nuestros cerebros son bombardeados todos los días con tantas opciones que a menudo se vuelve imposible tomar una decisión. Desde elegir los productos necesarios para el día a día hasta elegir pareja o profesión, todas las opciones pasan por el filtro de nuestro pensamiento y más.
Sopesar las alternativas a menudo consume mucho esfuerzo cognitivo y hay varias explicaciones para esto. Primero, es imposible tener acceso a toda la información necesaria para tomar una decisión. Entonces, nuestra capacidad para procesar toda la información de interés es limitada. En tercer lugar, las emociones intervienen en el proceso de toma de decisiones y pueden anular la cognición, por lo que la toma de decisiones no es un proceso puramente racional.
Además, en muchas situaciones nuestro cerebro recurre a una serie de ilusiones cognitivas (sesgo cognitivo ) para facilitar su elección. Conocerlos nos ayuda a tomar decisiones más conscientes, en la medida de lo posible de acuerdo con nuestras preferencias y la realidad en la que vivimos.
La ilusión de la accesibilidad
Este «atajo» cerebral se trata de estimar la probabilidad de un evento. Más específicamente, la estimación se evalúa por la facilidad con la que se recuerdan situaciones similares. Por ejemplo, sobreestimamos la probabilidad de un accidente automovilístico solo porque hemos escuchado muchas noticias al respecto últimamente. En esencia, esta ilusión facilita la toma de decisiones en condiciones de riesgo, pero no proporciona los mejores resultados, dado que se basa en un conjunto limitado de datos.
La ilusión de la confirmación
La tendencia a seleccionar de la realidad y dar crédito a la información que confirma nuestras opiniones se denomina sesgo de confirmación . De esta manera, el cerebro solo acepta información consistente con los puntos de vista que ya tiene e ignora o rechaza lo que no concuerda con ellos. El cerebro facilita su trabajo al no procesar información nueva y diferente. La desventaja de esta ilusión es que puede impedirnos tomar decisiones informadas y nos vuelve opacos para escuchar opiniones diferentes.
La ilusión de fondear
En este caso, tendemos a tomar como punto de referencia la primera información que escuchamos relacionada con un determinado contexto. Por ejemplo, la primera oferta en una negociación se convierte en un ancla sobre la cual se hacen otras ofertas. Otro ejemplo se refiere a emitir diagnósticos basados en los ya existentes, aunque sean incompletos o incorrectos. Este error de pensamiento a menudo ocurre en situaciones donde el conocimiento del evento que se evalúa es limitado y los recursos disponibles de tiempo y energía son limitados.
Sesgo de autoservicio
Esta ilusión cognitiva nos predispone a atribuirnos los resultados favorables y a culpar a las circunstancias de un resultado indeseable. Así, defendemos nuestra autoestima y confianza en nuestras propias capacidades. Si sacamos una buena nota en un examen lo consideraremos por nuestro propio esfuerzo y cualidades, y si la nota no nos satisface tenderemos a atribuir el fracaso a una mala enseñanza, condiciones del examen u otros factores externos. El uso excesivo de esta ilusión nos impide hacer un cambio en el comportamiento para lograr un mejor resultado.
El efecto Dunning-Kruger
Bajo la influencia de este efecto, los individuos tienden a juzgar mal su propia incompetencia y juzgan mal la alta competencia de los demás. Así, quien no tenga conocimientos sólidos en un campo, sobreestimará su propio nivel de competencia y no reconocerá el conocimiento demostrado por quienes son verdaderamente competentes. Por otro lado, este efecto genera dudas y desconfianza en las capacidades de quienes realmente tienen conocimientos en un determinado campo. Claramente, distorsionar la realidad de esta manera promueve la desinformación del público en general y la toma de decisiones inapropiadas.
Las líneas anteriores prueban que las elecciones no son del todo parte de un proceso puramente cognitivo, consciente e intencional. En otras palabras, hay situaciones donde el uso de las ilusiones cognitivas es adaptativo y nos permite tomar decisiones sin mayores consecuencias. Sin embargo, un buen conocimiento de ellos nos ayuda a argumentar nuestras elecciones, a optar conscientemente por un determinado curso de acción ya comprender la historia de nuestras elecciones.